¿Cuáles son las dos cosas que más odian los mercados? JPMorgan responde

Luego de los bajos niveles de la mañana del jueves 11 de febrero, los futuros del S&P 500 bajaron más de 40 puntos, o 2.3%, mientras que, con una declinación de más de 3.5%, el índice EuroStoxx 50 tiene un desempeño aun peor.

La liquidación de los bancos ha introducido una nueva sensación de pánico en los mercados.
La liquidación de los bancos ha introducido una nueva sensación de pánico en los mercados.

(Bloomberg).- Caída de las acciones. Aumento del oro y la plata. Derrumbe del petróleo.

“Cuesta imaginar una mañana peor”, escribió el último jueves la mesa de operaciones de JPMorgan.

Se trata de una declaración que no tiene nada de exagerada.

Luego de los bajos niveles de la mañana del jueves 11 de febrero, los futuros del S&P 500 bajaron más de 40 puntos, o 2.3%, mientras que, con una declinación de más de 3.5%, el índice EuroStoxx 50 tiene un desempeño aun peor. Los futuros de West Texas Intermediate a un mes cayeron al menor nivel desde mayo del 2003. Los rendimientos de los bonos soberanos declinan en todas partes, excepto en Portugal.

La liquidación de los bancos ha introducido una nueva sensación de pánico en los mercados, y América del Norte tiene más malas noticias en ese frente.

“Las dos cosas que más odian los mercados en este momento (tasas de bancos centrales negativas y malas noticias bancarias) se materializaron de la noche a la mañana conforme el Riksbank rebajaba su tasa y la adentraba aun más en territorio negativo y SocGen presentaba sombríos pronósticos sobre ganancias”, escribieron los operadores.

“La combinación de esas dos cosas, sumadas a un sentimiento muy frágil, una extrema aversión al riesgo, la declaración de Yellen (que no fue suficientemente moderada ni transmitió preocupación respecto de la volatilidad del mercado financiero desde la perspectiva de los mercados), y el cauto comentario macroeconómico de Cisco, tienen en la mañana del jueves un impacto muy fuerte en las acciones”.

En cierta medida, el daño en los mercados representa una extensión de “operaciones de la QE” interconectadas que se fueron sumando con los años y que han hecho un buen papel desde que las autoridades monetarias comenzaron a vaciar sus bazucas. En ese sentido, el proceso de retroalimentación hace casi imposible discernir cuándo se verá la luz al final del camino.

“Tratar de adivinar el fin de la caída es difícil dado que el mundo se encuentra en medio de una serie de operaciones y relatos interrelacionados que se autorefuerzan (por ejemplo, el petróleo cae y hace bajar la inflación, con lo que lleva a los bancos centrales a tomar más medidas, lo cual hunde a los bancos, lo que afecta el sentimiento general del mercado y las declinaciones de los precios endurecen las condiciones del mercado financiero y asustan a los ejecutivos de las empresas y la actividad económica real comienza a deteriorarse)”, concluyen los operadores de JPMorgan.

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