Guillermo Westreicher H.
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El factoring es una herramienta de financiamiento que permite a las empresas entregar sus cuentas por cobrar (facturas) a la banca a cambio de liquidez.
El banco le aplica a la empresa (proveedora de bienes y servicios) una tasa de interés o descuento, y luego cobrará la factura a la compañía adquirente.
“El factoring es ideal en una coyuntura de desaceleración económica y menor liquidez. La empresa grande, que debe pagar a sus proveedores, extiende el plazo de su pago de 60 a 75 días, por ejemplo”, dijo Francisco Paz, gerente del Área de Servicios para Empresas del BCP.
El mercado de factoring a julio del 2014 asciende a S/. 2,053 millones, monto 33% mayor al observado un año antes.
Del lado del proveedor, Paz resaltó que se gana un financiamiento de trabajo a costo cero por la liquidez inmediata y una tasa de interés preferencial en función del riesgo del cliente (comprador), que normalmente pertenece al sector corporativo.
Un clásico ejemplo es el segmento retail, que representa entre el 30% y 40% del mercado de factoring.
“Es un producto que se ajusta muy bien a cualquier actividad intensiva en proveedores y que paga al crédito. No solo existen minoristas, sino empresas de minería, construcción y manufactura”, agregó Paz.
El BCP detalló que la tasa de interés anual del factoring va de 7% a 22%. En tanto, según la SBS, un crédito a microempresas cobra en promedio 31.92% anual en soles y 18.47% en dólares.
El banco estima que el factoring crecerá 25% este año y alcanzará los S/. 3,000 millones, abarcando a 262 empresas deudoras y 5,500 proveedores.
Sin embargo, no es la única opción de financiamiento. Paz reconoció que el principal competidor del factoring es el descuento por pronto pago, donde el acreedor propone considerar la factura como saldada a cambio del pago inmediato, por ejemplo, del 90% de la misma.
“Pero solo gana la empresa pagadora. El chico tiene una tasa muy alta en comparación con el factoring”, enfatizó el ejecutivo. Otro factor que impulsa al factoring –añadió Paz– es la promoción de las facturas negociables, por parte de Asbanc y Produce.
“Después de ocho días de emitir el comprobante, si nadie ha mostrado disconformidad, se vuelve un título comercial que puedes vender al banco”, explicó.
Es decir, con esta factura negociable es más fácil para las pymes acercarse a la entidad financiera y solicitar un factoring.
“Las empresas multinacionales piden además mucho factoring a fin de año para reducir las cuentas por cobrar y maquillar los balances que son revisados por sus matrices”, comentó.
Así, esta alternativa viene desplazando a otras más tradicionales. “Los que usan factoring ya no vuelven a las letras de cambio”, resaltó Paz.
CIFRA
80% de los proveedores que utilizan el factoring electrónico mediante el BCP son pymes, estima Francisco Paz.