La Superintendencia de Mercado de Valores (SMV) esclareció el 88% de un universo de 145 controversias presentadas por los inversionistas, dos tercios de ellas relacionadas con las Sociedades Agentes de Bolsa (SAB) y las empresas emisoras.
La Defensoría del Inversionista, adscrita a la SMV y creada desde enero del 2012, se encargó de procesar estas “solicitudes de orientación”.
“Lo que nos ha dado un éxito razonable es la posibilidad de entablar un diálogo directo asistido; es decir, se establece un canal de comunicación directa entre el inversionista y las empresas emisoras, las SAB o las sociedades administradoras de fondos mutuos, entre otras”, explicó el Defensor del Inversionista, Pierino Stucchi.
Explicó que las controversias consta de dos fases: 1) Se le ayuda al inversionista a dilucidar si el problema es real o percibido con la disposición de información y el diálogo directo asistido, y 2) si se establece que es un tema de derechos del inversionista, se le orienta sobre el ‘menú’ legal disponible para resolver el caso, que puede llegar a las instancias judiciales.
No obstante, la mediación asistida de la Defensoría del Inversionista ha impedido, en su mayoría, el tránsito hacia la segunda fase, sostuvo Stucchi.
Tipo de controversias
El Defensor del Inversionista calculó que un tercio de las “solicitudes de orientación” son problemas percibidos con las SAB.
“Se presentan en caso de demora en los traspasos de valores, cuando un inversionista cambia de SAB; frente a algunas desviaciones o no cumplimiento de instrucciones para la adquisición o venta de valores y por las tramitaciones cuando la SAB representa al inversionista en el cobro de dividendos”, explicó.
Otro tercio de controversias están relacionados a las empresas emisoras de valores. “Allí uno puede observar que la concentración de problemas percibidos está relacionado con el pago de dividendos: si es oportuno y le exigen los requisitos al accionista, o por un tema de poderes cuando se tratan de pagos donde hay que constituirse personalmente”, detalló Stucchi.
El tercio final está dentro de la competencia de la SMV en la administración de fondos colectivos, que “su naturaleza no es propiamente del mercado de valores, pero permite un sistema de aportaciones periódicas para la adquisición de bienes, como automóviles, y de servicios”.
En los Fondos Mutuos, las controversias son mínimas. “Ello obedece a la cantidad de empresas en el mercado: solo para comparar, tenemos alrededor de 24 SAB frente a ocho sociedades administradoras de fondos mutuos. Y también a la naturaleza de las relaciones con cada una, donde el trato del inversionista no es tan frecuente. El número absoluto es de siete orientaciones en el año”, finalizó.