Tanto el Estado como el sector privado son participantes activos en la inclusión financiera, según Asbanc

Para aquellos que sí cuentan con acceso al sistema financiero, la falta de educación financiera constituye un limitante, mientras que para los segmentos excluidos la principal barrera es el alto costo financiero.

La inclusión financiera en Perú necesita la participación activa del sector público y privado en un trabajo conjunto y coordinado, cuyas acciones se retroalimenten mutualmente, afirmó un reporte de la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc).

Este reporte toma en cuenta la deficiente difusión de los servicios bancarios en el Perú descrita en una anterior nota.

Antes de detallar los principales aspectos que según Asbanc debería tomar en cuenta tanto el Estado como el sector privado, es necesario describir un estudio conducido por el consultor independiente David Álvarez para el Centro para la Inclusión Financiera de ACCION Internacional, titulado “Oportunidades y obstáculos a la inclusión financiera en Perú”.

En dicha investigación se realizó una serie de encuestas a grupos de interés, entre ofertantes de productos y servicios financieros, Gobierno o ente regulador, organizaciones de apoyo, empresas privadas no financieras, inversionistas, entre otros.

Así, de una lista de oportunidades y obstáculos predeterminados por los investigadores, los encuestados señalaron como las 10 oportunidades más prioritarias para fomentar la inclusión financiera en Perú a las siguientes en orden descendente: educación financiera, expansión de productos, banca móvil, y expansión en captación de nuevos clientes y redes de microfinanzas.

Y respecto a los primeros 10 obstáculos según los encuestados fueron: educación financiera limitada, crecimiento de mercado sólo en zonas ya penetradas, infraestructura insuficiente o débil, malas prácticas de negocios, capacidad organizacional limitada en instituciones de microfinanzas, entre otros.

No obstante, la opinión de los expertos señaló como el principal obstáculo los altos costos de acceso, de transacción y de entrega de productos y servicios a las zonas remotas no atendidas.

Respecto a por qué los encuestados señalaron a la educación financiera como el primer lugar dentro de los obstáculos, responde a que ellos se refieren a cómo lograr que los segmentos ya atendidos hagan un mejor y mayor uso de los servicios financieros, pero esto no se relaciona a la cuestión de cómo lograr incorporar a nuevos clientes en los segmentos ya excluidos.

Cabe resaltar que los encuestados señalaron a la inclusión de nuevos clientes como más importante que profundizar la oferta sobre los segmentos ya atendidos.

En suma, para aquellos que sí cuentan con acceso al sistema financiero, la falta de educación financiera constituye un limitante de primer orden, pero para los segmentos excluidos la principal barrera es el alto costo de llegar a ellos con productos acorde a sus necesidades y capacidades.

Frente a ello Asbanc recomienda que el Estado debería enfocarse en lo siguiente:

Cultura: Fomentar la cultura del ahorro formal.

Regulación: Así como supervisión y normativa orientadas a la inclusión financiera.

Marco adecuado: El nuevo marco debe ser efectivo en protección al consumidor.

Estrategia: Es necesario un plan público de educación financiera.

Fortalecimiento: Fortalecer y proteger el libre mercado.

Formalización: Mayor formalización de la economía.

Infraestructura: Mejoras en infraestructura para facilitar la inclusión financiera.

Programas: Se debe enfocar en programas de incentivos temporales para que instituciones expandan su oferta a zonas excluidas.

En tanto, el sector privado debería acometer en lo siguiente:

Costos: innovación de procesos, uso de canales alternativos, diseño de nuevos productos y servicios.

Uso de productos: desarrollo de nuevos productos y servicios para sectores excluidos (accesibles, baratos, simples), promover uso de herramientas tecnológicas, tarjetas de débito y crédito, microahorro, microcrédito y microseguros.

Ampliar acceso: a diversos canales, haciéndolos simples y baratos: transferencias, puntos cash-in (para depósitos), cash-out (para retiros), banca móvil, agentes corresponsales.

Brindar mayor calidad: de información, de productos y servicios para los grupos excluidos y calidad de trato al cliente.

Protección al cliente: cumplimiento de la normativa prudencial, transparencia y libre competencia de precios.

Educación financiera: programas, módulos, cursos, capacitación en uso de productos y servicios.

Fortalecimiento institucional: capacidad organizativa, buenas prácticas de negocio y asociaciones.

Asimismo, Asbanc recalcó que la banca privada ya viene cumpliendo una labor activa mediante sus constantes esfuerzos en la modernización de sus procesos, canales de atención, productos y servicios. Y además, las campañas de educación financiera han tenido gran éxito en informar acerca de las alternativas en productos y servicios.

Por último, Asbanc recomienda que es importante que la banca continúe en su empeño por expandir sus servicios de manera descentralizada, tanto en el ámbito rural como el urbano, pero este avance debe ir de la mano con las acciones del Estado con el objetivo común de lograr una inclusión financiera entre toda la población.

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