Las acciones estadounidenses cerraron mayormente en alza en la bolsa de Nueva York, con el índice S&P 500 marcando un máximo histórico tras un reporte que mostró una creación de empleo mayor a la esperado en febrero y una revisión al alza de la cifra de enero.
El índice S&P 500 tuvo un cierre récord por segundo día consecutivo, y fue el quinto para el referencial en las últimas siete sesiones.
No obstante, la sensación general en el mercado fue de cautela y la operatoria fue volátil durante toda la jornada, porque los inversores ajustaron sus posiciones de cara al fin de semana con un ojo puesto en la crisis latente en Ucrania.
El S&P 500 trepó a un máximo intradiario de 1,883.57 puntos poco después del inicio de la sesión, impulsado por el informe de nóminas de Estados Unidos para febrero.
Los empleadores incorporaron 175,000 empleos a sus nóminas el mes pasado, dijo el Departamento de Trabajo. Los economistas encuestados por Reuters esperaban un alza de 149,000.
La tasa de desempleo subió levemente al 6.7% desde 6.6%. Los analistas preveían que se mantendría sin cambios.
El promedio industrial Dow Jones subió 30.83 puntos, o un 0.19%, para cerrar en 16,452.72 unidades; mientras que el índice S&P 500 ganó 1.01 puntos, o un 0.05%, a 1,878.04 unidades.
El índice Nasdaq Composite, en tanto, bajó 15.903 puntos, o un 0.37%, para cerrar extraoficialmente en 4.336,223 unidades.
Tanto el S&P 500 como el Dow sumaron una segunda semana consecutiva de ganancias. El Dow Jones y el S&P subieron un 0.8 y un 1%, respectivamente, mientras que el Nasdaq avanzó por quinta semana seguida con un alza del 0.7%.
Los papeles de Nike Inc, que subieron un 1.6% a US$ 79.46, y los de Exxon Mobil, con alza del 1.3% a US$ 94.99, lideraron la subida del Dow Jones y ayudaron al promedio a terminar con un mejor comportamiento que el mercado en general.
Los operadores mantuvieron la cautela de cara al fin de semana, luego de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, desestimó una advertencia de su par de Estados Unidos, Barack Obama, sobre la intervención militar de Moscú en Crimea, alegando que el país europeo no puede ignorar los pedidos de ayuda de la población rusoparlante de Ucrania.