BANCA Y CRÉDITO. Los bancos ya deberían estar preparándose para hacerle frente a una competencia que en los países avanzados ya está dando que hablar. Se trata de las “fintech”, empresas que prestan servicios financieros a través de plataformas virtuales, o sea, online. Sin embargo, el principal riesgo que afronta el sector financiero peruano es el de las “techfin”, que hacen lo mismo que las fintech, pero pertenecen a las gigantes de Internet –Google, Amazon y Apple–.
Estas compañías están invirtiendo millonarias sumas para incursionar en un negocio rentable, y con toda la experiencia que poseen en tecnología digital, causarán una revolución que más temprano que tarde llegará al Perú. Dado que no requieren presencia física, lo que significa que no necesitan gastar en abrir agencias ni incurrir en costos relacionados con la custodia del dinero en efectivo, entre otros, el mayor atractivo que traerá esta nueva forma de hacer finanzas es la reducción de las tasas de interés.
Ya lo predijo el presidente del BCR, Julio Velarde. Tras admitir que en el país no existe suficiente competencia en el sector bancario para que el costo del crédito se reduzca –apenas hay 16 bancos y cuatro concentran el 80% de las colocaciones–, dijo que las fintech y las techfin están configurando una nueva categoría de competidores para la banca. El único rubro donde los bancos pugnan con otras entidades es el crédito para las grandes empresas, pues también participan bancos extranjeros y el mercado de capitales.
El resto de la demanda todavía enfrenta tasas de interés relativamente elevadas. Sin embargo, en lugar de buscar soluciones ineficaces como fijar topes, como se pretende en el Congreso –lo que podría hacer crecer el crédito informal y la criminalidad asociada a él–, las autoridades tienen que comenzar a trabajar en el marco normativo que permita la operatividad de las firmas financieras tecnológicas en el país.
Dicha regulación tendrá que incluir una estricta verificación del origen de los fondos, a fin de evitar el lavado de dinero. Afortunadamente, la tecnología también está avanzando en ese campo y hoy existe una oferta de software muy sofisticada para detectar ese delito. Otro aspecto donde se necesita mejorar es la transformación de más personas y empresas en sujetos de crédito, un objetivo que solo se logrará si se reduce drásticamente la informalidad laboral (que afecta a alrededor del 70% de la PEA) y la informalidad empresarial. Solo así el mercado peruano resultará interesante para la modernidad financiera.