Seguridad social. El presupuesto de Essalud no sale de las arcas del Estado, depende exclusivamente del aporte que hacen las empresas por sus trabajadores y del pago que realizan los jubilados.
Sin embargo, muchas veces la institución ha sido utilizada políticamente por los gobiernos de turno, para ofrecer cobertura a trabajadores que no cuentan con un empleador y que difícilmente podrán cumplir con el pago de aportes, lo cual genera un desequilibrio entre ingresos y prestación.
Asimismo, a pesar de no existir una diferencia en la atención, sí existen diferencias sobre el monto de las contribuciones. Mientras que los empleadores del régimen general deben aportar 9% sobre la remuneración de cada trabajador, las empresas agroexportadoras pagan solo 4%. Y en el caso del sector público el tema es peor, en una actitud totalmente discriminadora, por ley, el Estado paga el 9% sobre el 65% del sueldo de los trabajadores de Salud y Educación, y por los empleados CAS el Estado paga el 9%, pero con un tope máximo de S/ 1,500.
Estas desigualdades afectan los ingresos de Essalud y perjudican su eficiencia. En base a esta evaluación es que la OIT ya desde el año 2005 planteaba la necesidad de elevar los aportes. Un pedido que desde el año 2003 han hecho los diferentes presidentes que ha tenido la entidad.
Nuevamente, usando de base un estudio preparado por la OIT, Essalud plantea incrementar los aportes de 9% a 9.6% y acabar con los regímenes desiguales, además plantea una suerte de copago por parte de los asegurados (como sucede en el sistema de EPS).
Pero ni trabajadores ni empleadores estarán de acuerdo con estos nuevos aportes si la institución mantiene la ineficiencia de la que hace gala, sobre todo en la atención primaria con colas excesivas o espera de meses para conseguir una cita.
Sin embargo, el tema económico es solo una de las aristas del problema, Essalud tiene un error de origen, pues siendo una institución que funciona con dinero de privados, es manejada como si se tratará de una entidad estatal. El directorio debería ser capaz de poder tomar las mejores decisiones para la entidad, como separar la parte prestacional de la parte aseguradora, mejorar la atención primaria o tener a todos sus trabajadores (incluidos los asistenciales) bajo el régimen laboral general.