PREOCUPACIONES. Se ha afirmado en múltiples ocasiones que la razón por la que los mercados emergentes vieron altas tasas de crecimiento mientras las economías avanzadas luchaban por salir de la recesión fueron los altos precios de los commodities en los mercados internacionales. La semana pasada, sin embargo, el cobre cayó a sus niveles más bajos desde el 2010, traspasando la barrera de los US$ 3 por libra. Es más, desde que empezó el año, el precio del metal ha disminuido alrededor de 13% -su peor desempeño desde 1988- debido a la desaceleración de China y las preocupaciones acerca de sus problemas crediticios.
Frente a esta situación, ¿qué tan preocupados deberíamos estar los peruanos?
Primero, debemos aclarar que si bien los precios de los commodities han ayudado a impulsar nuestra economía durante los últimos años, este factor no ha sido, de ninguna manera, el único. Según el ex ministro de Economía, Luis Carranza, alrededor de la mitad del crecimiento de la última década es explicado por un aumento en la productividad; es decir, por un mejor desempeño de los factores de producción. Tan solo en el sector agrícola, por citar un ejemplo, la productividad laboral aumentó en un 70% entre el 2004 y 2012.
Por otro lado está China. Gran parte de la demanda de los recursos minerales que exportamos, y por lo tanto sus precios, está sustentada en el crecimiento del gigante asiático. Pero el modelo de crecimiento chino, basado principalmente en inversión, que le ha permitido crecer a tasas anuales de 10%, ha pasado a ser insostenible conforme más chinos han salido de la pobreza rural para incorporarse a la clase media urbana. En un intento de reorientar el crecimiento hacia el consumo, el crecimiento de China se ha visto reducido a tasas cercanas al 7.5%.
Ahora bien. Primero hay que entender que un crecimiento de 10% no puede ser eterno y que ya ha sido sostenido por suficiente tiempo. Además, un crecimiento de 7.5% es bastante aceptable. Segundo, como argumentó Julio Velarde, el precio puede verse afectado, pero la producción en el país no debido a que las minas en el Perú enfrentan uno de los costos más bajos del mundo. En otras palabras, la desaceleración de China solo tendría un efecto limitado en el país, sin mayores riesgos para la inversión.