NORMA INEFECTIVA. Una de las leyes más inefectivas debe ser la que norma la constitución de las micro y pequeñas empresas (mypes), pues la informalidad en el sector apenas bajó 3.2 puntos porcentuales entre el 2005 y el 2013, según fuentes oficiales. En otras palabras, el 88.8% de las unidades productivas que cumplen los requisitos para beneficiarse con lo dispuesto por la ley, han optado por no hacerlo.
¿Por qué las mypes no se sienten atraídas por todo lo que ofrece una ley creada a la medida? Creemos que, a pesar de sus buenas intenciones, la norma no fue elaborada para cubrir las necesidades de ese vasto grupo de empresas (son alrededor de tres millones), sino que como suele ocurrir, sus gestores pasaron por alto lo principal: conocer la realidad.
Quizá no se consideraron sus verdaderas necesidades, que como sucede en las empresas más grandes tienen que ver con la contratación y el despido de personal, la tributación y la excesiva carga burocrática que deben asumir para obtener licencias y permisos.
Buena parte del texto de la ley –y sus posteriores modificaciones– navega por las usuales declaratorias de lo importante que es la promoción de las mypes y la creación de comités especiales que en la práctica no funcionan. Pero en la sección del régimen laboral se omite algo que cualquier empresa, grande o chica, siempre tiene en mente: cómo reemplazar trabajadores improductivos.
Solo se mencionan dos clases de despido, el injustificado y el cese de trabajadores para acogerse a los beneficios de la ley, y se establecen las indemnizaciones pertinentes. Es lógico que la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) omita referirse al despido justificado cuando critica la inefectividad de la ley. Lo que llama la atención es que los gremios empresariales tampoco toquen este tema y, más bien, estén planteando reducir el periodo de vacaciones y las gratificaciones.
Si se busca hacer atractiva la ley, lo mejor sería perderle el miedo a los temas tabú y asumir que las mypes también necesitan trabajadores eficientes y que quienes no rinden, tienen que ser despedidos.