Es común que dentro de las operaciones de comercio exterior una empresa peruana compre una mercancía a un proveedor extranjero y que luego sea vendida, en tránsito o cuando haya arribado al país, a otra empresa domiciliada quien se encargará de hacer los trámites de importación.

Estas operaciones son usuales. Sin embargo existe una disposición aprobada por Sunat que establece que para que se considere como válido el precio de la última adquisición, el importador deberá presentar, además del comprobante de la última venta, la factura que emitió el proveedor del exterior a la primera empresa local.

Dicha disposición trae una serie de complicaciones pues origina que quien al final de cuentas quiera importar tenga que pedirle a su proveedor local que le entregue un documento que puede ser considerado hasta privado.

Además, al entregar esa factura se revelará no sólo quién es el vendedor extranjero (nombre, dirección, etc.) sino también cuál fue el precio inicial, por ende, la utilidad.

Entendemos que Sunat en algunos casos, desee saber si se trató de una venta proveniente del exterior, quién fue el proveedor de las mercancías y cuál fue el precio inicial a efectos de velar por el interés fiscal; pero exigir que el importador presente un documento del que no fue parte, consideramos que es un exceso que perjudica este tipo de negocios.

Creemos que Sunat debería modificar la norma antes referida y establecer que en este tipo de operaciones, sólo en caso que se tenga dudas del valor declarado, podrá pedir información no al importador sino al comprador inicial, tomando en cuenta que es una empresa nacional, con domicilio conocido y, sobre todo, sujeto a fiscalización.

Creemos que con este cambio daremos un paso más para facilitar el comercio exterior en nuestro país.

César Alva Falcón
Asociado senior del área de comercio exterior de Muñiz, Ramírez, Pérez-Taiman & Olaya Abogados