Cádiz, (REUTERS).- Los países latinoamericanos están mirando las lecciones de Europa en la lucha contra el abuso de narcóticos, después de que la política prohibicionista ha perdido eficiencia frente a la extendida violenta y costosa guerra contra las drogas liderada por Estados Unidos.
Ahora están explorando relajar las sanciones para el uso personal de estupefacientes, siguiendo los ejemplos de España y Portugal, que han canalizado recursos a la prevención más que a las atiborradas cárceles.
Así, por ejemplo, El Congreso de Uruguay dio el jueves un paso más hacia su proyecto de que el Estado se haga cargo de la distribución legal de marihuana. El mismo día, un legislador de izquierda en México presentó un proyecto de ley para legalizar la producción, la venta y el uso de la marihuana.
Colombia: ¿liberal?
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo el jueves que valía la pena explorar el modelo portugués, una de las políticas de drogas más liberales del mundo.
“La experiencia que ustedes han tenido con la política de consumo de drogas es para nosotros muy interesante. El mundo entero está tendiendo, buscando, nuevas formas de tratar ese problema (…) Espero poder aprender cada vez más sobre esta experiencia que ustedes han tenido”, comentó en una visita a Lisboa.
Santos se detuvo en Portugal en su camino a la Cumbre Iberoamericana celebrada en la ciudad española de Cádiz. Los líderes reunidos allí el sábado llamaron a analizar un cambio hacia la regulación del uso de las drogas en lugar de criminalizarlo.
Lucha frustrada
“Mientras en nuestros países un campesino que siembra media hectárea es perseguido y encarcelado (…), en Estados Unidos ahora simple y sencillamente se producirá la marihuana a niveles industriales, se comercializará con absoluta libertad en esos dos estados, se consumirá, además, a discreción. Aquí hay un desbalance enorme que no podemos eludir”, dijo el presidente mexicano, Felipe Calderón, durante la Cumbre Iberoamericana.
El mandatario dijo que la legalización de la marihuana en Colorado y Washington marcó un cambio de paradigma . “Si se le corta el suministro de dinero a este adversario peligroso, habremos ganado una batalla. La gran pregunta es cómo cortar ese suministro”, observó.