Washington (Reuters).- La Casa Blanca y el Senado coincidieron en que tendría que haber limitaciones adicionales y un mayor control para las agencias de inteligencia de Estados Unidos, luego de una serie de revelaciones embarazosas sobre el amplio alcance del espionaje desde Washington.
El presidente Barack Obama tiene plena confianza en el director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por su sigla en inglés), el general Keith Alexander, y en otros funcionarios de la NSA, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Agregó que debería haber un equilibrio entre la necesidad de recabar información de inteligencia y la necesidad de privacidad.
“Reconocemos que es necesario que haya limitaciones adicionales sobre cómo recopilamos y usamos (los datos de) inteligencia”, dijo Carney.
En la misma línea, la presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado estadounidense, Dianne Feinstein, dijo más tarde el lunes que “se opone totalmente” a las operaciones de inteligencia sobre aliados del país y destacó que debe reforzarse la supervisión sobre las actividades de vigilancia.
“A menos que Estados Unidos se encuentre en hostilidades con un país o haya una necesidad de emergencia de este tipo de vigilancia, no creo que Estados Unidos deba recolectar llamadas telefónicas o correos electrónicos de presidentes y primeros ministros aliados”, declaró Feinstein en un comunicado.
Las reacciones de los funcionarios estadounidenses se producen luego de reportes que indicaron que la NSA espió el teléfono celular de la canciller alemana Angela Merkel e interceptó comunicaciones de otros líderes extranjeros.
El Gobierno estadounidense está realizando una revisión de las capacidades de vigilancia, la cual debería completarse antes de fin de año, agregó el portavoz de la Casa Blanca.