Ellos tuvieron y tienen el poder del cambio. Sus decisiones fueron trascendentales para la economía y el futuro de sus países o empresas. Pueden ser los más poderosos, los más influyentes o los más millonarios. Estos líderes han vivido momentos claves para ser considerados como los más importantes desde los 90, cuando nace Gestión.
Un claro ejemplo de liderazgo, es el de la canciller alemana, Angela Merkel, considerada actualmente como la mujer más poderosa del mundo según la revista Forbes.
Desde que ingresó a la Cancillería en el 2005, y teniendo actualmente 61 años, la popularidad de Merkel entre el electorado parece inmune a toda crítica a escala internacional. Su rol ha sido clave frente a la crisis que afronta la eurozona desde el 2007, impulsando medidas de austeridad y reformas que permitieron a varios países miembros del bloque a dejar atrás momentos de crisis. Aunque Grecia fue la excepción, el tercer rescate apunta a registrar una sostenibilidad en su deuda.
Para Ricardo Pino, profesor e investigador de Centrum Católica, “Merkel destaca por haber contribuido a mantener sólida la Unión Europea; resolver, al menos temporalmente, el problema de la continuidad de Grecia en la UE, y, un poco antes, por las medidas tomadas para la pronta recuperación de Alemania (y Europa) de los efectos de la crisis financiera del 2008”. El catedrático agrega que hacia el futuro, la canciller alemana tiene como reto corregir la debilidad que muestra el euro respecto al dólar y otras monedas.
Otro caso de decisiones en momentos clave lo vivió Ben Bernanke, quien en el 2006 asumió el mando de la Reserva Federal.
Bernanke fue nombrado por la revista Time como el personaje del año en el 2009, por sus esfuerzos para apuntalar a la mayor economía del mundo. Mantuvo una gestión de ocho años en la Fed en un periodo marcado por la Gran Recesión, la crisis más profunda sufrida por Estados Unidos desde la Gran Depresión de 1929.
Según Aldo Ferrini, gerente general adjunto de AFP Integra, “en el 2008 había pocos banqueros centrales más preparados que Ben Bernanke para afrontar una crisis financiera”. Graduado de Harvard y MIT, y profesor en Princeton, estudioso de La Gran Depresión (1929) y de la brutal deflación japonesa (1990), su visión de una FED más activa era manifiesta.
“Adoptó medidas decisivas (y controvertidas) ante la crisis: redujo tasas de interés, inyectó trillones de dólares para evitar la deflación y garantizó la viabilidad del sistema financiero americano”, precisa Ferrini, que añade que dichas medidas permitieron la recuperación del sector inmobiliario, una reducción del desempleo (de 10% a 6.5%) e índices de renta variable en máximos históricos.”
Para el catedrático de ESAN, Jorge Guillén, actualmente la economía de EE.UU. estaría apuntando a una ligera recuperación, probablemente gracias a las medidas que dictó la Fed bajo la conducción de Bernanke.
En medio de la crisis subprime en Estados Unidos, un catedrático norteamericano ganó notoriedad por sus predicciones pesimistas sobre una gran crisis. Años después, la crisis financiera del 2008 le dio la razón a Nouriel Roubini, quien se ganó el apelativo de Dr. Doom.
Otro personaje que destaca durante la crisis de la eurozona es Mario Draghi. Asumió el frente del Banco Central Europeo y se encargó de eliminar los riesgos de la ruptura del euro poniendo en marcha las medidas más heterodoxas desde la fundación del banco, entre ellas, las subastas de liquidez a tres años y un nuevo programa de compra de deuda.
Sin embargo, los grandes líderes no solo se dieron en el ámbito económico. El mundo empresarial tuvo al fundador y consejero de Apple, Steve Jobs, que fue considerado en el 2007 por la revista Fortune como el empresario más poderoso del mundo y en el 2010 fue elegido como el empresario de la década por la misma revista. Después de tener problemas con la cúpula directiva de la empresa, Jobs fue despedido de Apple Computer en 1985, regresando a la compañía en 1997, donde se mantuvo como director ejecutivo hasta el 24 de agosto del 2011.
En la región destaca el magnate mexicano, Carlos Slim, considerado hace unos años como el hombre más rico del planeta, según la revista Forbes. Slim ha amasado su fortuna controlando los mercados en los que opera. El mexicano lidera un imperio que abarca desde América Móvil hasta cadenas minoristas, pasando por constructoras, minas, bancos y hoteles, y cuyos intereses se extienden hasta el venerable diario estadounidense The New York Times y las tiendas de lujo Saks.