NACIONES UNIDAS, (Reuters).- Los líderes mundiales se reúnen la próxima semana en Nueva York para tratar de frenar una serie de crisis: la violencia de Estado Islámico en Irak y Siria, la propagación exponencial del brote de ébola en África y las estancadas negociaciones sobre el programa nuclear de Irán.
Existen pocas esperanzas de que la Asamblea General de 193 naciones logre mucho en el maratón anual de cinco días de discursos. Pero al margen de esto, funcionarios estadounidenses planean presionar a sus aliados para que prometan ayuda militar concreta para enfrentar al estado Islámico, cuyos combatientes islamistas suníes han tomado grandes áreas de Siria e Irak.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que asistirán más de 140 jefes de Estado o de Gobierno al “debate general”, que comienza el miércoles y finaliza el 30 de septiembre. Señaló que había una inusualmente alta cifra de conflictos graves: en Oriente Medio, África y Ucrania.
“El mundo está viviendo múltiples crisis”, dijo Ban a periodistas.
Los funcionarios y delegados en la ONU dicen que el asunto principal para los líderes occidentales y árabes es la irrupción de los combatientes de Estado Islámico, a los que culpan de una ola de violencia sectaria, decapitaciones y masacres de civiles.
“Juntos atajaremos la horrible violencia en Siria e Irak, donde el conflicto y el fracaso de la gobernanza han provocado un terreno fértil para los grupos extremistas”, dijo Ban.
El presidente estadounidense, Barack Obama, previsiblemente usará el foro para pedir el miércoles que más países se unan a su coalición de 40 naciones para evitar que Estado Islámico se expanda.
La Casa Blanca dijo que era improbable que Obama se reúna con el presidente iraní, Hassan Rohani, aunque ambos estarán en Nueva York esta semana.
El secretario de Estado John Kerry espera reunirse con el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, en una conversación en la que se espera que hablen del Estado Islámico y el programa nuclear iraní.