VALPARAISO, Chile (AP).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que espera que la reunión de cancilleres de la Unión Suramericana de Naciones, que se realizará el miércoles en la capital chilena para tratar la crisis venezolana, concluya con una declaración de apoyo irrestricto al orden constitucional de Venezuela y al gobierno de Nicolás Maduro.
Correa aludió al tema tras asistir el martes a la ceremonia en que la socialista moderada Michelle Bachelet asumió su segundo mandato constitucional, que se prolongará hasta marzo de 2018.
La crisis venezolana, que en las últimas semanas ha cobrado 21 vidas, incluida la de una ciudadana chilena, también alcanzó a la ceremonia en la que Bachelet juró como nueva presidente de Chile, de la que estuvo ausente Maduro, quien había confirmado su asistencia.
Para Correa, la ausencia de Maduro es obvia porque “hay una crisis interna en Venezuela. Muchas veces motivos de fuerza mayor impiden hacer lo que quisiéramos hacer. Estoy seguro que Nicolás más que nadie hubiera querido estar aquí”.
En su opinión, “es claro lo que está pasando en Venezuela, se trata de desestabilizar un gobierno legítimamente electo, y eso no lo podemos permitir”, añadió Correa.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, informó que “los Presidentes ordenaron a sus ministros de Relaciones Exteriores que se reúnan mañana y crearon una comisión que podrá ser (integrada) inclusive por todos los países de la región, para que hagan de interlocutores para la construcción de un ambiente de acuerdo, de consenso, de estabilidad en Venezuela”.
A finales de febrero, el canciller venezolano Elías Jaua realizó una gira por Bolivia, Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil para presentar un informe sobre la situación en su país y conseguir apoyo para que la situación de Venezuela fuera analizada en el marco de la Unasur y no en el Consejo de Seguridad de la Organización de Estados Americanos.
“Venezuela no está de acuerdo con que este tema sea elevado a la instancia de la Organización de Estados Americanos”, dijo entonces Jaua tras reunirse con el presidente boliviano Evo Morales en la sorpresiva e inesperada visita a La Paz. “Cualquier acción internacional para plantear esta agresión que ha hecho contra el pueblo venezolano, contra el gobierno legítimo y democrático de Venezuela, debe ser en el espacio de la Unión de Naciones Sudamericanas”.
El Consejo Permanente de la OEA aprobó el viernes último una declaración en la que llamó a todos los sectores venezolanos a respetar los derechos humanos, exhortó a la paz y rechazó toda forma de violencia.
La declaración, aprobada por 29 votos, fue rechazada por Canadá, Panamá y Estados Unidos. En las notas de pie de página, Estados Unidos dijo que la rechazó porque el escrito no refleja el compromiso de la OEA de promover y proteger los derechos humanos y la democracia.
Se espera que al término de la reunión de los cancilleres de Unasur del miércoles se emita otra declaración política.
El martes el presidente peruano Ollanta Humala dijo que es deber de los pueblos latinoamericanos “es ver en qué medida podemos ayudar a los otros pueblos. Lo importante es que se respete el derecho de no injerencia y se respete también la política del gobierno que sienta que necesita la ayuda”.
La presidenta Bachelet, la única vez que se ha referido públicamente a la crisis venezolana el jueves último durante un programa de televisión, señaló que “así como siempre vamos a buscar apoyar que los derechos humanos sean realmente garantizados, también no nos parece adecuado que pueda haber acciones violentas buscando desestabilizar un gobierno democráticamente electo”.
“Cuando estemos en el gobierno, lo que vamos a hacer es ofrecer apoyo al gobierno y al pueblo de Venezuela para realmente buscar los cauces democráticos, de paz social, para que los propios venezolanos puedan buscar ese camino”.
En entrevista desde Caracas con el periódico La Tercera, el líder opositor venezolano Henrique Capriles, mostró su extrañeza por las palabras de Bachelet.
“Que uno escuche a la presidenta Bachelet y que no haya una palabra de rechazo al uso desproporcionado de la fuerza, eso es propio del régimen (militar del dictador Augusto) de Pinochet”, agregó. “Que uno vea personas que fueron perseguidas en Chile y que su tema sea defender al gobierno de Venezuela y no más bien promover un diálogo o que se investiguen las violaciones a los derechos humanos, no ver eso es realmente sorprende”.
En la víspera de la ceremonia de traspaso presidencial de Bachelet, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio una entrevista al periódico El Mercurio, donde puso en el debate el significado de la democracia y planteó que algunos líderes regionales están debilitando las instituciones de sus países y gobernando en forma autoritaria.
Calificó de “alarmante” la situación en Venezuela e insistió en que Maduro está inventando “teorías conspirativas” al señalar que Estados Unidos está instigando a la violencia en su país.
Las declaraciones de Biden también podrían considerarse como dirigidas al gobierno de la presidenta argentina Cristina Fernández, que utiliza las instituciones para atacar a la oposición, especialmente a la prensa disidente, y gobierna a menudo por decreto.
Las palabras de Biden fueron de inmediato repudiadas por Maduro desde Caracas.