En el Perú, la banda rojiblanca sobre los hombros de un presidente entrante durante la ceremonia de envestidura del 28 de julio en el Congreso es un claro símbolo de la solemnidad del cargo.
Al día siguiente, los testigos de la gran parada militar no estaban muy seguros qué opinar del pañuelo blanco que un sonriente Pedro Pablo Kuczynski, el nuevo líder centrista de la nación andina, se había colocado en la calva durante el desfile.
La respuesta improvisada de Kuczynski al brillo solar que irrumpió de forma inesperada el cielo de invierno de Lima provocó risas en algunas esquinas, y las críticas de los partidarios de su derrotada oponente, Keiko Fujimori.
Sin embargo, el incidente parece haber captado el original estilo presidencial de PPK: espontáneo, informal y alegre.
Desde que ganó la segunda vuelta del 5 de junio, el ex banquero de Wall Street de 77 años de edad se ha mandado con un chiste en repetidas ocasiones, incluyendo la ocurrencia de que no había podido hablar con Fujimori porque cada vez que la llama escucha un mensaje de número equivocado.
Se ha animado a ejecutar pasos de baile a pedido de ciudadanos en las calles y se deleita tomándoles el pelo a sus ministros de gabinete públicamente, incluyendo una ocasión en la que les informó de sus siete mandamientos, que van desde resistirse a la corrupción hasta recorrer todos los rincones del geográficamente desafiante país.
Para animar a los peruanos a hacer más ejercicio, el nuevo presidente también capitaneó a 10 de sus ministros en un entrenamiento público antes de una de sus primeras reuniones de gabinete. Después de que dos entrenadores personales habían puesto en ritmo a los políticos, incluyendo ejercicios con bandas elásticas rojas, durante 30 minutos frente a entretenidos periodistas y ciudadanos, PPK dijo que quería que la nación entera esté “lista” para los Juegos Panamericanos, que se llevarán a cabo en Lima el 2019.
[Pedro Pablo Kuczynski, arriba a la derecha, y parte de su gabinete realizan un entrenamiento matutino en el patio del Palacio de Gobierno en Lima el 4 de agosto, una semana después de su juramentación. Foto: AFP]
Gestión, el periódico financiero del Perú, describió el entrenamiento como un suceso que “rompió todos los protocolos conocidos”.
La afabilidad de abuelo de PPK contrasta con la adusta actitud pública de su predecesor, Ollanta Humala, de 54 años de edad, ex oficial del ejército de centro-izquierda que, según los críticos, parecía abrumado por la presidencia.
Hasta ahora, al menos, parece que a los peruanos les encanta el estilo de PPK.
Kuczynski venció a Fujimori, hija del encarcelado ex presidente del Perú en los 90, Alberto Fujimori, por algo menos de una cuarta parte de 1%. Ahora tiene un índice de aprobación del 70.4%, mientras que Fujimori, que tenía una ventaja de dos dígitos antes de la elección, languidece en un 38.3%.
Saludo la proclamación del Sr. Pedro Pablo Kuczynski como Presidente de la República.
— Keiko Fujimori (@KeikoFujimori) 28 de junio de 2016
Si bien ha sido conciliatoria, la ex congresista de 40 años de edad, cuyo partido Fuerza Popular domina el Congreso, esperó semanas para felicitar a PPK por su victoria (a través del Twitter) y luego prometió que Fuerza Popular gobernaría desde el parlamento.
Eso ha dejado a algunos preocupados por las perspectivas a largo plazo de los planes de Kuczynski para acabar con la corrupción endémica, reformar la policía y el sistema judicial del Perú y sacar a millones de peruanos de la pobreza, empezando con proporcionarles agua potable.
Sin embargo, una persona que no se preocupa es PPK.
“Era un mal candidato, pero parece que finalmente está dejando fluir su verdadera personalidad”, dijo Pao Ugaz, periodista con una gran cantidad de seguidores en Twitter. “Es algo a lo que los peruanos no están acostumbrados en su presidente. Cuando se puso el pañuelo en la cabeza, es obvio que no se preocupaba por las fotos. El buen humor siempre cae bien y los fujimoristas no saben cómo responder”.
Al igual que muchos izquierdistas peruanos, Ugaz dice que votó por PPK para bloquear una posible amenaza a la democracia por parte de Fujimori.
El enfoque relajado también puede tener sus raíces en la edad y larga trayectoria de Kuczynski en los sectores público y privado. Como ex primer ministro, ministro de Economía, alto funcionario del Banco Mundial y banquero de inversión, la seriedad no es algo que necesite aparentar.
Queda por ver si un electorado conocido por su desprecio por la clase política (a menudo con buena razón) se divertirá con la idiosincrasia del presidente cuando este termine su mandato en el 2021.
Pero por ahora, los votantes peruanos, inspirados por el buen ánimo de PPK, se están acostumbrando al más raro de los sentimientos: un optimismo cauteloso.