Roma (Reuters).- El alto porcentaje de voto protesta de los italianos, descontentos por los problemas económicos y la corrupción política, llevó el lunes al país hacia el estancamiento tras las elecciones, cuando las proyecciones electorales no mostraban a ninguna coalición con fuerza suficiente para formar gobierno.
Con más de dos tercios de los votos escrutados, las proyecciones sugerían que la centroizquierda podría tener una pequeña ventaja en la carrera por la Cámara baja del Parlamento.
Pero ningún partido o coalición probable parecía poder formar una mayoría en la Cámara alta, el Senado, creando un Parlamento atascado, justo lo contrario del resultado estable que Italia necesita desesperadamente para abordar la profunda recesión, el creciente desempleo y la enorme deuda pública.
Este resultado puede reavivar los temores en torno a la crisis de deuda de la eurozona, con la perspectiva de un largo periodo de incertidumbre en la tercera economía más grande del área.
Los mercados financieros italianos vieron truncarse las alzas iniciales producidas ante la esperanza de un gobierno sólido y estable de centroizquierda, probablemente respaldado por el primer ministro saliente, el tecnócrata Mario Monti.
Los funcionarios tanto del centro como de la izquierda advirtieron que dicho estancamiento podría hacer a Italia ingobernable y forzar a la realización de nuevas elecciones.
El resultado proyectado es un éxito rotundo para el cómico genovés Beppe Grillo, líder del populista Movimiento 5Estrellas, que giró por el país en su primera campaña nacional repartiendo insultos contra una desacreditada clase política.
Con vagas promesas electorales y un equipo de candidatos casi desconocidos, el cómico canalizó la indignación pública por lo que muchos ven como un sistema político inútil.
El resultado probable también es una humillante bofetada para el poco carismático líder de centroizquierda Pier Luigi Bersani, que parece haber perdido la ventaja de 10 puntos en los sondeos de opinión que tenía hace menos de dos meses sobre la centroderecha encabezada por Silvio Berlusconi.
Berlusconi, de 76 años, que ha realizado un extraordinario regreso tras escándalos sexuales y de corrupción desde que se lanzó a la campaña en diciembre, parece liderar la carrera por el Senado, aunque el grupo de senadores de Grillo le dejaría lejos de la mayoría.
Los sondeos de opinión le daban a Bersani un punto porcentual de ventaja en la Cámara baja. En caso de confirmarse, sería suficiente para controlar el cuerpo debido a que las leyes electorales que garantizan una mayoría del 54% al partido con una mayor cantidad de votos.
La situación es distinta en el Senado. La última proyección de la televisión estatal RAI mostraba al bloque de Berlusconi con 112 escaños, a la centroizquierda con 105 y a Grillo con 64, mientras que Monti se quedaría con apenas 20 tras una campaña fallida que nunca llegó a despegar. La mayoría en el Senado se alcanza con 158 legisladores.
Berlusconi, un maestro de la comunicación y la política, sedujo a los votantes con un revuelo de apariciones televisivas y promesas de reintegrar un detestado impuesto a la vivienda, pese a las críticas de sus oponentes de que es un discurso electoral imposible.
Grillo ha atacado a todos en la campaña y descartado una alianza formal con cualquier grupo, aunque no se sabía en un primer momento cómo podría reaccionar a su impresionante éxito o cómo se comportarán sus partidarios en el Parlamento.