La popularización de los dispositivos móviles ha conllevado a que los usuarios los usen tanto fuera como dentro de la oficina. Pero, dado a que los ejecutivos se mueven entre smartphones, tabletas y otros equipos electrónicos, la preocupación creciente obedece al riesgo de perder información relevante para la compañía y poner en peligro la vida privada a raíz de un mal uso.
Uno de los aspectos que más inquieta a las organizaciones tiene relación con la seguridad de la información interna. Otro ámbito tiene que ver con que si el colaborador debería estar o no conectado a nivel laboral incluso fuera de las horas de trabajo.
Por eso, varios especialistas consideran que podría establecerse buenas prácticas de acuerdo a la política y a la cultura de la empresa.
Según refiere el diario La Tercera de Chile, “la frontera entre un uso adecuado o irresponsable de la tecnología en el trabajo también dependerá de la empresa o el área donde se desempeña la persona”.
Eso quiere decir que profesionales que laboran para compañías globales pueden recibir desde mensajes hasta llamados a cualquier hora del día, mientras que colaboradores de firmas locales quizá no debería asumir esa obligación.
“Detalles como ese también son parte del uso adecuado de los aparatos”, dice Gonzalo Liebe, country manager de Resource IT Solutions.
No obstante, otros expertos argumentan que no es imprescindible diseñar protocolos sobre el uso de dispositivos móviles porque “crear barreras para algo que se está transformando en un hábito humano es como nadar contra la corriente.”
Para ciertos especialistas como Liebe basta con fomentar la tendencia BYOD (Bring your own device, “trae tu propio dispositivo”) y desarrollar políticas y procesos para evitar la fuga de información. Otro método de control corresponde a educar en el uso de dispositivos móviles.