Cada año se fabrican millones de dispositivos inalámbrico a nivel global. Ya que la vida de estos aparatos es muy corta, y muchos usuarios optan por cambiarlos cada cierto periodo de tiempo (se estima que cada dieciocho meses), la cantidad de dispositivos que no se venden o que son cambiados supone un gran reto de reciclaje para las grandes empresas.
¿Qué hacen las fábricas y distribuidoras con la mercancía que no se vende o que son devueltos? ¿Qué se hace con los dispositivos que han pasado a ser obsoletos?
Según un reciente informe del Servicio Geológico de Estados Unidos, sólo el 1% de los aparatos descartados u obsoletos son reciclados o renovados. Frente a este escenario se han creado empresas que compran el inventario que la industria no ha conseguido comercializar para reacondicionarlos y volver a ponerlos en venta a precios asequibles.
«Una compañía de tamaño medio podría generar cientos o miles de euros vendiendo estos activos», explica al diario Expansión Jesús Sardinero, presidente para Latinoamérica de PCS Wireless, firma estadounidense especializada en adquirir terminales nuevos o usados para revenderlos.
PCS Wireless tiene entre sus principales clientes a las grandes firmas multinacionales de dispositivos inalámbricos, como Motorola, Nokia, BlackBerry, Telefónica o Vodafone. Así mismo, el 80% de sus ventas están dirigidas a mercados de países en vías de desarroll.
Según Sardinero, los móviles de segunda mano, obsoletos o defectuosos siguen teniendo un valor y pueden tener una segunda oportunidad en el mercado. «Trabajamos con empresas que reparan estos dispositivos usados para que puedan ser revendidos en mercados emergentes, ayudando con ello a cerrar la brecha digital», explica Sardinero.