La violencia de género referida aquella agresión física, emocional o sexual realizada por un hombre contra una mujer está presente también en el ámbito empresarial, así lo aseguró el experto Miguel Llorente, profesor de la Universidad de Granada.
De acuerdo al especialista, en Perú alrededor del 30% de las mujeres empleadas han sufrido este tipo de acoso ya sea sexual, laboral o a través de un “bullying” marcado.
“Según estadísticas, en promedio el 30% de las mujeres que están empleadas en una empresas pueden estar sufriendo algún tipo de violencia de género. Pero además en determinados trabajados, donde se exige un nivel laboral menos exigente, sabemos que las víctimas están sobre representadas”, explicó.
Dado que con el afán de huir de la violencia generado en sus hogares, muchas mujeres aceptan ese tipo de trabajos. “Entonces puede entenderse que pueden estar representadas por encima del 50%”, reflexionó.
El especialista aseguró que la violencia sobre la mujer tiene una implicancia directa sobre el crecimiento de un país, ya que en promedio impacta sobre el 3% del PBI, lo que se refleja en los días en que la mujer deja de trabajar para acudir a un juzgado o en su bajo rendimiento y la falta de productividad.
Por ello, indicó que los empleadores deben estar alertar para identificar este tipo de violencia y brindar apoyo a la mujer afectada. “Depende mucho del tipo y del tamaño de la empresa. Si es una gran empresa, recursos humanos debe tener contemplada las acciones inmediatas y articular mecanismos para evitar el acoso o todo tipo de violencia”.
A lo que se debe sumar alternativas de atención para la víctima e incluso, de ser el caso, se debe realizar la denuncia penal correspondiente. Miguel Llorente precisó que la violencia contra la mujer las deshumaniza, y un capital humano deshumanizado convierte a las empresas en espacios de trabajo deshumanizados.
“Si las empresas trabajan para obtener beneficios que redunden en la sociedad, la manera de incrementarlos es trabajar también para dar respuesta a la violencia de género que sufren sus trabajadoras, y de ese modo obtener más
beneficios empresariales. Ello exige desarrollar planes de igualdad para la prevención, detección, atención de la violencia de género, y para la promoción de la igualdad”, opinó.