Río de Janeiro (AFP).- Ni la rumba cubana, ni el samba brasileño. Entre los latinoamericanos suena fuerte la cumbia colombiana en los Juegos de Río-2016.
Colombia suma variado, Cuba lanza puñetazos al aire y Brasil se esfuerza por imponer la ley del anfitrión.
Café chico, mediano y grande.
En una noche reservada para Usain Bolt, la atleta Caterine Ibargüen coló el domingo su talento con un triple salto hacia el podio y le dio a Colombia su segunda medalla de oro en los Juegos Olímpicos, que además suma otras dos de plata.
De los cuatro oros olímpicos que atesora Colombia en su historia, dos los ganó en Río-2016 y en deportes que no son parte de su prosapia como el atletismo con Ibargüen y la halterofilia con Oscar Figueroa, el primer hombre de su país en colgarse una presea dorada. La bicicleta por ahora está encadenada a un poste.
Transcurrido algo más que la mitad del camino hacia la clausura del 21 de agosto, el país cafetero parece ya haber cumplido su objetivo previo. Y sin sumar en ciclismo, el deporte que distingue a los cafeteros.
“Le apuntamos a un resultado similar al de los Juegos de Londres (1 oro, 3 platas, 4 bronces). Si no son ocho medallas, a mejorar el color de los metales, con dos o tres oros”, dijo a la AFP el presidente del Comité Olímpico Colombiano (COC), Baltazar Medina, antes de los Juegos.
Una de las claves del ascenso es que Colombia ha triplicado su presupuesto deportivo en los últimos seis años con nuevas inversiones en centros de altos rendimiento.
Clara Luz Roldán, directora de Coldeportes, dijo este lunes que en ese período las partidas financieras para el deporte pasaron de “150.000 millones (51 millones de dólares) a 450.000 mil millones de pesos (153 millones de dólares)”.
¿Y por casa como andamos?
Brasil no es profeta en su tierra, por ahora, aunque este lunes fue uno de sus mejores días.
Sin descollar, porque el gimnasta Arthur Zanetti no pudo revalidar su oro en anillas de Londres-2012 y se quedó con la plata, mientras Poliana Okimoto llegó cuarta en la maratón acuática pero fue bronce, beneficiada por la descalificación de la francesa Aurelie Muller.
Así en el conteo clásico de medallas a partir de los oros, Brasil está en el puesto 29, pero en el cómputo total de preseas, el sistema que prefieren los anfitriones para acercarse al Top-Ten, está en el 14 con ocho.
Para alcanzar su meta, Brasil precisa ganar entre dos y tres medallas diarias hasta el último día de los Juegos, algo que logró este lunes.
El local atraviesa la mitad del camino con varios favoritos en problemas, en especial su poderoso equipo masculino de voleibol, que puede quedar afuera en primera ronda, al igual que el baloncesto masculino, integrado por varias estrellas de la NBA.
Puñetazos al aire.
Cuba, la otra potencia latinoamericana, hasta ahora lanzó puñetazos al aire en su deporte insigna sumando apenas tres bronces en boxeo, que en los papeles eran de color dorado. Y, sin embargo, es desde el ring donde se siguen alimentado las esperanzas de los caribeños.
Pero hasta ahora, la cosecha es magra. La lucha grecorromana (oro) y el judo (plata) le dieron color a su medallero, aunque Cuba quedó relegada como la potencia latinoamericana, algo que se vislumbró en los Panamericanos de Toronto-2015, cuando quedó por detrás de Brasil.
La judoca Paula Pareto hizo ilusionar a los argentinos al colgarse un oro el primer día de competencias, pero los albicelestes frenaron por una semana, hasta que llegó una épica plata del tenista Juan Martín Del Potro en tenis.
México, el otro punto fuerte de América Latina, ni siquiera inauguró el medallero.