(Reuters).- Una pintura del artista posimpresionista francés Paul Gauguin, que fue robada en Gran Bretaña en 1970, apareció colgada en la cocina de un obrero jubilado en Sicilia.
También se encontró una segunda pintura perdida de Pierre Bonnard, otro artista francés de fines del siglo XIX, que el dueño compró junto al Gauguin durante una subasta en 1975 por apenas US$ 30, cuando el valor real de la pieza podría ascender a US$ 39 millones.
La imagen muestra dos pocillos de frutas sobre una mesa de madera cubierta por un mantel blanco, con un pequeño perro durmiendo más atrás. Firmada y fechada en 1889, está dedicada “a la condesa N”.
La pintura de Bonnard, también firmada, muestra a una pequeña niña vestida de blanco y sentada en lo que parece ser un huerto.
Robadas y abandonadas
“Estas dos obras maestras tienen historias únicas e inimaginables”, sentenció el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini. Ambas pinturas fueron robadas de una casa en Londres y encontradas en un tren en la ciudad de Turín en el norte de Italia, donde el contrabandista parece haberlas abandonado debido a los controles fronterizos o algún otro tipo de revisión, especuló la policía.
Los trabajadores del ferrocarril, que no tenían conocimiento de su valor, las enviaron a objetos perdidos, donde las subastaron a un precio muy inferior al real.
Ambas pinturas seguirán bajo custodia de las autoridades porque necesitan recibir una notificación oficial de que fue robada, dijo Quagliarella. La unidad trató de revelar sus antecedentes con reportes de periódico de 1970 sobre el robo a la colección de una familia rica de Londres.