(Bloomberg) Para Maxi Gigliotti, la ubicación no podría ser más conveniente. “Ganar en Brasil es una doble victoria”, aseguró el comerciante de vinos de 31 años, que dijo estar dispuesto a pagar hasta US$ 2,500 en el mercado secundario por una entrada al partido , cuyas localidades están agotadas. El precio oficial de las entradas parte de los US$ 440. “Si fuera en otro lugar, por ejemplo Italia, no pagaría ni la mitad de eso”.
Argentina tiene una rivalidad centenaria con Brasil y disfrutó de la humillante derrota del anfitrión de la Copa del Mundo por 7 a 1 en la semifinal con Alemania.
Aunque los argentinos dicen que Diego Maradona es el mejor jugador de todos los tiempos, los brasileños afirman que ese honor corresponde a Pelé, la única persona con tres títulos de la Copa del Mundo. Los brasileños también provocan a sus vecinos diciendo que la trayectoria personal de Pelé supera los dos títulos mundiales de Argentina.
Decenas de miles de hinchas viajaron de Argentina a Brasil, países que comparten una frontera de 1.261 kilómetros (784 millas), ya sea en charters aéreos especialmente organizados o por tierra. La imagen de aficionados con camisetas de fútbol celestes y blancas durmiendo en tiendas en playas de estacionamiento y en la playa es común en todo Brasil.
Imposibilitados de cumplir el sueño de marcar un nuevo récord con seis títulos, los brasileños se han volcado a apoyar a los adversarios de Argentina y asistieron a la semifinal en Sao Paulo vistiendo la camiseta naranja de los Países Bajos.
La reacción de los hinchas argentinos fue cantar: “Ustedes no son holandeses, son brasileños y van a ver la final por TV”.
‘Va a haber guerra
Una empleada de limpieza le dijo a Gigliotti mientras se retiraba de su hotel en Sao Paulo después de la victoria por penales frente a los holandeses que “va a haber guerra” si Argentina vence a Alemania el 13 de julio.
“Ustedes perdieron la guerra de las Malvinas y van a perder el domingo”, le dijo la mujer mientras él subía al ascensor.
La invasión argentina a las Malvinas, un grupo de islas del Atlántico sur que controlan los británicos y a las que llaman Falklands, fracasó en 1982.
La derrota por 7 a 1 frente a Alemania fue la peor que sufriera el anfitrión de la Copa del Mundo y la primera de la selección en un partido competitivo en suelo propio desde 1975. El técnico Luiz Felipe Scolari calificó al partido de “catástrofe”.
Sería demasiado tener que soportar que la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, entregue el trofeo al capitán argentino Lionel Messi dentro de dos días, expresó Rodrigo Miranda, ingeniero de 45 años que se fue de la semifinal poco después de que Alemania marcara el 5 a 0 a los 29 minutos.
“Si ahora Argentina gana la Copa del Mundo, será la peor situación posible”, dijo Miranda mientras salía del Estadio Meneirao de Belo Horizonte.