Stephanía Palomino Melgar
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Nancy Portugal Prado
nancy.portugal@diariogestion.com.pe
Camina y vuela. El cielo ya no es el límite para Gisela Válcarcel. Con la misma vehemencia con la que evita mirar el reloj cuando trabaja, mira hacia arriba. Ve un canal de televisión con su firma. Está dirigido al público que la hizo reina al mediodía. Las mujeres son más que un consumidor; deciden. Cree en ellas. Para ofrecerles entretenimiento, desvía sus ojos hacia abajo. Lo hace cuando busca de formatos para TV. No va a los stands llenos, prefiere detenerse a ver lo que otros ignoran.
Actualmente, ¿cuántas ideas tienen en carpeta?
Tres, pero en octubre el equipo viajará a Cannes, para buscar nuevos formatos para la TV.
¿Acude a esas ferias sabiendo lo que busca?
No, nos dejamos sorprender. Los demás cuadran su búsqueda y nosotros nos metemos donde ellos no entraron.
¿Mira mucho la marcha de la competencia?
Todos nos miramos cuando estamos en una feria. Sabemos quién ha entrado y qué se ha llevado. Mi equipo es como yo: no me dejo llevar por la corriente. Si están de moda los realities; ellos dicen no; vamos al ‘game show’.
¿Apostaría por un formato como ‘Esto es Guerra’?
No, nosotros trajimos ‘Sabes más que un niño de primaria’ y ‘Dr. TV’.
¿Cómo ha visto la evolución de la madre de familia como consumidora?
Hoy tiene más oferta, pero sigue siendo exigente. Si la ganas, ganas a una familia. Ella es la que decide todo en casa y esto trasciende niveles socioeconómicos. Con los hombres tenemos poder de convencimiento.
En los tiempos de ‘Aló Gisela’, ¿cómo era la oferta?
En los noventa era muy diferente. En la calle veías a alguien y sabías distinguir quién tenía dinero y quién no. Hoy una blusa blanca, la tenemos todos; unos aretes, también. En la actualidad tenemos una oferta y muy variada. Supongo que en los próximos ocho años la mujer se convertirá en conocedora de todo.
¿Piensa en lanzar algún formato dirigido solo a amas de casa, o quizá revivir ‘Aló Gisela’?
Yo creo que ‘Aló Gisela’, el teléfono y la televisión existirán siempre. El teléfono hoy es el ‘#Gisela’, en Twitter. Yo respondo a través de la red social. Este medio es más rápido, pero no ha logrado superar a la voz humana.
*Apuesta de riesgo *
¿Qué tan rentable es hacer televisión en el Perú?
GV siempre ha ido con financiamiento propio, pero sabe que no tiene una bola mágica y que puede perder. Compramos un formato llamado ‘Doce corazones’ en enero. Lo pusimos al aire tres veces y lo sacamos. Perdimos todo y tuvimos que pagarlo. Ese es el negocio.
¿Tener un canal de TV es uno de sus objetivos?
Tener un canal de TV es uno de mis objetivos cercanos. Lo haría en unos dos años. Estaría centrado en las mujeres. Yo quiero seguir trabajando proyectos para ellas.
Hacer televisión es dar todo o nada…
Se trata de eso, y de eso también es el libro. Muchos apuestan todo lo que tienen o piden un préstamo al banco y ponen un negocio. Para mí, eso no es viable. Uno debe tener algo que dé la tranquilidad de decir: si no funciona, no voy a morir.
¿Con algunos programas se recupera la inversión en un año?
Sí, claro; en algunos. Pero, en realidad, para que veas algo de dinero en un negocio, deben pasar cinco años. Ese dinero lo vuelves a invertir. Nosotros después de seis años, estamos haciendo las oficinas. Ya estamos invirtiendo en algo. Pero no más allá.
¿Es verdad que se puede obtener el punto de equilibrio de un programa cuando recién se lanza?
Sí, pero te lo pagan después, no te lo adelantan. Lanzas un formato y se lo vendes a Coca Cola; te lo paga en 90 días. Pero si tu programa no alcanzó el rating acordado, ellos te dicen que no es así. No es pensar ‘yo tengo’. Lo generado por el espacio publicitario ni se toca porque nunca sabes lo que va a pasar, si el programa funciona o no.
¿Cómo han ido los auspicios en los últimos años?
No creo que los auspiciadores paguen tanto por un formato, pagan por las personas. Importa mucho quién está conduciendo el programa y cómo ve la gente a esa persona. Hay programas de alto rating en televisión sin auspicios. Cuando un anunciante pone su confianza, la deposita en la persona que está allí. Importa el formato en un 25%. Puedes tener el mejor del planeta y si lo dejas en manos de quien no es, no te lo compran.
Un libro que no es de ‘autoayuda’
Dos editoriales tocaron su puerta; la cerró con amabilidad. Para convencer a Gisela Válcarcel de escribir ‘El éxito está en tus manos’, Planeta tuvo que ser convincente. “Vinieron y me dieron las razones por las que debería escribir”.
Que dirija una revista por 20 años, que tenga una productora y se le otorguen horarios especiales, que sea la dueña de Amarige. El argumento de la editorial fue la misma vida de la empresaria.
“En este libro declaro que una de las cosas que me hizo saber que estaba en el lugar correcto es que solo veo el reloj para cuadrar tiempo. Yo creo que nunca he trabajado. Hasta el día de hoy, cuando entro a un set de televisión, lo huelo y lo disfruto”.
El libro, que ella no considera de ‘autoayuda’, es el único emprendimiento para el que Gisela no se aferra a un estudio de mercado.