(Bloomberg) Bas Feijtel tiene una cosecha récord de peras, y no tiene dónde venderlas a todas, así que está dejando que una cuarta parte de ellas se pudra.
Eso es porque el precio que recibe por sus peras cayó 70% desde el año pasado después de la prohibición de importaciones de alimentos en Rusia, y el cultivador en Wemeldinge, Países Bajos, dice que es más barato cosechar solo el fruto perfecto.
“Cuando empezaron los problemas de Rusia, hubo pánico”, dijo Feijtel, de 47 años, que planea cosechar sus peras de más alta calidad dejando atrás la fruta con golpes o moretones que generalmente tienen un precio más bajo.
“Fue un momento muy malo para nosotros porque fue una semana antes de comenzar la cosecha, y no pudimos cambiar nuestros planes. La gente venía a escoger las peras y el almacenamiento estaba organizado”, agregó.
Rusia, el mayor comprador de peras europeas, prohibió el mes pasado una serie de importaciones de alimentos de la Unión Europea, Estados Unidos y otros países que apoyaban las sanciones en su contra sobre los conflictos en Ucrania.
Las restricciones empujaron los precios hacia abajo para todo, desde los duraznos españoles y repollos de Letonia hasta los productos lácteos de Finlandia, de acuerdo con el lobby agrícola Copa-Cogeca con sede en Bruselas.
La producción de pera
La producción europea de pera podría llegar a 2.27 millones de toneladas este año, un 2.5% menos que en 2013, de acuerdo con la Asociación Mundial de Manzanas y Peras, un grupo industrial con sede en Bruselas.
La cosecha será más grande que el año pasado tanto en los Países Bajos como en Bélgica, pronostica el grupo, tras un invierno suave y abundante lluvia durante la primavera en el noroeste de Europa.
“En este momento vemos bastante presión sobre los precios”, dijo por teléfono Ad Klaassen, el secretario general de la Asociación de Productores Holandeses desde Breda, Países Bajos. “Los productores todavía están estudiando la situación y lo que sucederá, pero una serie de productores cosechará su producción”.
Si bien los precios más bajos podrían ser “una buena noticia para los consumidores en el corto plazo”, los costos de la fruta en última instancia podrían aumentar si las pérdidas empujan a los agricultores a la quiebra, dijo hoy por teléfono Adrian Barlow, máximo responsable ejecutivo de English Apples Pears, grupo industrial con sede en East Malling, Inglaterra. En Rusia, la inflación se aceleró en agosto después de la prohibición de importación de alimentos, dijo ayer el Servicio Federal de Estadísticas del país.
Lucha por el almacenamiento
La cosecha en los Países Bajos continuará hasta finales de este mes, y Feijtel, cuya huerta se extiende por 25 hectáreas (62 acres), dijo que los productores se pelean por encontrar espacio para almacenar los cultivos que normalmente se exportan . Los precios en Bélgica, que eran de 75 centavos el kilo a mediados de junio, estaban cerca de los 46 centavos a finales de agosto, muestran los datos de la Comisión Europea.
“Espero que podamos conseguir algunos precios normales, tal vez no ahora, pero en 6 meses”, dijo Feijtel. “Lo primero que uno hace es poner todas las peras en el refrigerador, y tratar de alquilar espacio en otro refrigerador y cajas extra para poner las peras. Cuando eso ya no sea posible, tendremos que ver qué podemos hacer”.