Paños fríos. Una ola de críticas generó el incremento del precio de entrada de la 21º Feria Internacional del Libro (FIL), que este año abrirá sus puertas del viernes 15 de julio al domingo 31 de julio, de S/ 5.00 – que era el precio cobrado el año pasado – a S/ 7.00 ¿Qué motivo el aumento en S/ 2.00 más del encuentro cultural más importante del año?
[Lea también: Entre libros y autores: las novedades de la 21° Feria Internacional del Libro]
“La Cámara Peruana del Libro (CPL) invierte más de US$ 1 millón en la realización de la FIL, sabiendo el riesgo que hay en el retorno (de la inversión) en una industria como la del libro. Tenemos el compromiso de hacerlo brindando una oferta cultural de calidad y recogiendo las sugerencias de años anteriores de tener – por ejemplo – una oferta literaria de primer nivel; servicios de calidad; corredores amplios; espacios donde la gente pueda encontrar a su autor favorito; auditorios con tratamiento acústico y aire acondicionado, además de que en la FIL se va encontrar la mayor diversidad de libros que uno pueda encontrar en el país. Ni siquiera en las librerías tienen toda la oferta editorial que uno va hallar en la FIL”, apuntó a Gestión.pe, Pedro Villa Gamarra, consultor de la CPL.
Sin embargo, si se compara este evento internacional con la de Guadalajara o Bogotá, cuyo precio de ingreso al público oscila (al cambio) en S/ 3.00, la principal diferencia radica en que para su desarrollo, esta actividad cuenta con el apoyo financiero o auspicio del Estado; cosa contraria ocurre en Feria del Libro de Lima, cuyo aporte estatal es inexistente, lo que hace – finalmente – que este evento sea accesible a todos.
“Haciendo un comparativo con otras ferias internacionales como por ejemplo, la Feria del Libro de Buenos Aires, la de Bogotá o la Guadalajara, estas cuentan con el apoyo del Estado, incluso está ultima es organizada por una universidad estatal. En cambio, el aporte monetario que recibe la Feria del Libro de Lima del Estado es cero”, alertó Villa Gamarra.
El especialista especificó que el Ministerio de Cultura de Bogotá destina alrededor de US$ 10 millones a la organización de su Feria del Libro, siendo su principal patrocinador el municipio de la ciudad. Similar es la situación de los demás países miembros de la Alianza del Pacífico (AP). El único país que no recibe apoyo estatal es el Perú.
“Lo que necesitamos es el apoyo del Estado, para que nosotros (la CPL) podamos brindar el servicio que se quiere dar a la población y contar así con un acceso más amplio”, afirmó. En esa línea, detalló que en su edición pasada, la FIL contó con el apoyo de Petroperú, pero este año el apoyo fue escaso.
La falta de apoyo estatal no es el único factor en contra. Villa Gamarra indicó que otro de los problemas latentes es la ausencia de grandes campos feriales o centros culturales para actividades de gran magnitud como la Feria Internacional del Libro (FIL). “Aquí, no tenemos un gran campo ferial o un Centro de Convenciones capaz de albergar la feria en la magnitud que se quiere, incluso el espacio que tenemos nos ha quedado pequeño”, aseveró.
“El Centro de Convenciones de Lima, lamentablemente, tiene una lógica vertical, sin vías de acceso más allá que ascensores. En concreto no está hecha para una lógica de ferias sino para conferencias”, advirtió el representante de la CPL.
Pese a esta problemática, Villa Gamarra subrayó que en la FIL 2016 no solo se ubicará la mejor oferta literaria sino que también habrán shows, conversatorios, conciertos, y por primera vez se desarrollará una Feria de Negocios que va recibir a profesionales del libro de otros países para lograr acuerdos comerciales con sus pares peruanos.
A lo que se sumará, cuenta, la puesta en marcho de un coloquio entre editores universitarios y el foro de proyectos culturales.
Biblioteca nacional no cumple con su labor
El representante de la Cámara Peruana del Libro (CPL), también advirtió que la Biblioteca Nacional no cumple un papel activo en la estandarización de lo que debe ser, el Sistema Nacional de Bibliotecas, y tampoco, en la compra de libros y en el abastecimiento de las bibliotecas a nivel nacional.
“La Biblioteca Nacional no está comprando libros y tampoco abastece a las demás bibliotecas del país. Tiene una tarea pendiente desde hace un par de años para la elaboración de estándares con miras a que las bibliotecas se afilien al gran Sistema Nacional de Bibliotecas, que se creo hace dos años, pero esto se esta demorando, por lo que necesita voluntad política para hacerlo”, afirmó.
En esa línea, señaló que el Perú necesita 30 años para ponerse a la par de los avances en materia cultural y de lectura, de los demás países miembros de la Alianza del Pacífico. No obstante, mostró su confianza en que el nuevo gobierno hará los cambios necesarios para contar con un plan lector y apoyo a los empresarios editorial, que en su mayoría (el 90%) son Mypes.