Rio 2016 se despidió con una fiesta de samba y carnaval carioca, así como la algarabía fresca de los oros que más quería el país: en fútbol y voleibol. ¿Pero se despidieron los escándalos de los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica?
“Fueron unos Juegos maravillosos, en la ciudad maravillosa”, declaró el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, antes de que se apagara en forma definitiva la llama olímpica en el mítico estadio Maracaná.
La llama del pebetero del Maracaná se apagó, pero no se extinguieron las controversias.
La llama del escándalo
A pocas horas de la ceremonia final volvió a irrumpir el escándalo por la venta ilegal de entradas por el que fue acusado y detenido el jefe del olimpismo europeo, Patrick Hickey.
La policía brasileña confiscó los pasaportes de tres funcionarios del Comité Olímpico Irlandés (OCI) acusados de estar involucrados en una red de reventa ilegal de entradas para los Juegos de Rio.
Hickey, que también es presidente de los Comités Olímpicos Europeos, está encarcelado en una prisión de alta seguridad y debería declarar ante un juez el próximo martes, según adelantó este domingo el presidente del COI, Thomas Bach.
La policía acusa a los sospechosos de montar un esquema para embolsarse unos tres millones de dólares con la reventa de entradas. Por ejemplo, por boletos para la ceremonia de inauguración que costaban 1,400 dólares, la red los revendía por 8,000.
Oro en las maletas
Y Estados Unidos regresa con las maletas cargadas de oro, 46, de un total de 121 medallas, afianzándose como la potencia deportiva mundial.
Lo novedoso es que Gran Bretaña, con su barrida en ciclismo, desplazó a China del segundo lugar del medallero (27 oros), aunque ha logrado apenas algo más que la mitad de los metales totales que Estados Unidos.
Y pese a la exclusión de más de un centenar de sus deportistas por estar involucrados en acusaciones de dopaje, Rusia siguió en el cuarto lugar del medallero.
Entre los latinoamericanos, Brasil cumplió la ley del anfitrión e hizo una buena barrida de siete oros, dos de ellos los últimos y más deseados: el fútbol con Neymar regalando a sus compatriotas el único lauro en fútbol que no tenía, y el voleibol, el segundo deporte más popular del gigante sudamericano.
Cuba fue segunda con un pobre balance de 5-2-4 y Colombia cerró su mejor participación en el tercer lugar con 3-2-3.
América Latina celebró 19 sueños dorados en los Juegos Olímpicos de Río 2016, seis más de los que se cumplieron en Londres hace cuatro años.