Los limeños preferimos las proteínas y los lácteos en el desayuno, tomamos un promedio de cuatro tasas de agua diarias y consideramos que la cena es la comida menos saludable del día.
Estas conclusiones se desprenden de una encuesta realizada por la firma Invera. La metodología es web y fue aplicada a 400 personas, entre 17 y 70 años, de todos los niveles socioeconómicos, y que viven en Lima Metropolitana.
En cuanto a la autopercepción de la calidad de alimentación, el 59% de los encuestados reconoce que su alimentación es medianamente saludable, el 28% percibe que es saludable y solo el 1%, totalmente saludable.
“Sí hay un reconocimiento, hay una conciencia de que tiene oportunidades para aprender, eso nos da una oportunidad de mercado. Ya hay una consciencia. Hace unos diez años, ni siquiera pensábamos mucho en esto. Más pensábamos en si estamos gordos o flacos, no en la salud, es un chip distinto”, indica Silvia Diaz, gerente general de Invera.
Para los limeños que participaron en la encuesta, la cena es la comida menos ‘sana’ que ingieren. La mayoría relaciona la alimentación saludable a alimentos sin elementos químicos.
En el desayuno, los encuestados registran una tendencia de consumir menos frutas y menos cereales, y a darle más prioridad a las proteínas y los lácteos.
En la dieta que siguen en la mañana, los hábitos de los limeños no se condicen con la pirámide nutricional ideal.
De estudio de Invera, también se desprende que las personas que viven en Lima consumen solamente la mitad de los ocho vasos diarios que deberían tomar, recomendación estándar de todos los organismos de nutrición y salud.