Los hogares de América Latina, incluidos los del Perú, registran bajos niveles de ahorro comparados con los de otras regiones del mundo, señala un estudio publicado recientemente por el BID.
¿Qué factores explican esta situación? Uno de los elementos que limitan las decisiones de ahorro formal de las familias tiene que ver con la falta de confianza en las instituciones financieras.
Esa desconfianza no solo está vinculada a un largo historial de crisis financieras y corridas bancarias en la región, que han quedado grabadas en la memoria de los ahorristas; pues también proviene de una falta de información o de conocimiento de las personas acerca de cómo opera el sistema financiero.
Así, por ejemplo, la mayor parte de la población del Perú no entiende el término “tasa de interés”, según el estudio del BID,“Ahorrar para desarrollarse: Cómo América Latina y el Caribe puede ahorrar más y mejor”.
Incluso la inflación es otro concepto que es ampliamente mal comprendido, con lo cual muy pocas personas entienden cómo incluirla en sus cálculos sobre el poder adquisitivo del dinero.
Además, los costos monetarios de gestionar una cuenta de ahorros, comparados con los beneficios que ofrece, hacen que los hogares lo piensen dos veces antes de optar por ese producto, indica el BID.
Hay también factores de sesgo cultural y personal para explicar el poco ahorro de los hogares peruanos y del resto de al región. Los altos niveles de transferencias hacia familiares o amigos que necesitan ayuda llevarían a bajos saldos acumulados de ahorro.
En ese mismo sentido, las personas tiene presión social para compartir sus ingresos: gastan sumas considerables en bodas, fiestas, funerales y celebraciones que, a menudo, incluyen a las redes de familia y amigos.
Al final, el ahorro es una decisión personal y, por tanto, está sujeta a las necesidades, deseos y características de los individuos.
Según encuestas llevadas a cabo en Perú, en un tercio de la población urbana (donde Lima es la principal ciudad) se constatan preferencias temporales hiperbólicas, refiere el estudio. Es decir, son personas que muestran un fuerte sesgo hacia el consumo presente (recompensa pequeña) y tienen, por tanto, más dificultades para ahorrar (recompensa más grande).
En nuestro país, este grupo tiene 14% menos de probabilidad de ahorrar y está más dispuesto a pedir prestado cada vez que necesita dinero.
El dato
Informales. Los trabajadores peruanos informales (que no realizan aportes para su jubilación) ahorran menos en todos los niveles de ingresos, comparados con los trabajadores formales, según un estudio del BID. No solo tienen menores niveles de ahorro, sino que cuando lo hacen es a través de alternativas también informales.