Tecnología financiera cambia por completo la gestión del dinero

Ahora que la tecnología permite a cualquiera trabajar desde cualquier parte, estar en una oficina corporativa importa menos que nunca.

(Bloomberg) La firma de banca de inversión Financial Technology Partners, de San Francisco, se ha enfocado en el sector de la tecnología financiera. Logré acceso a su nuevo (aunque no público) informe sobre cómo la tecnología financiera está modificando el panorama de la gestión del dinero.

Para todos ustedes que quizá no hayan pensado tanto en la manera en que la tecnología podría afectar a Wall Street, al trabajo que hacen cotidianamente y la manera en que lo hacen, por no mencionar su carrera profesional, este reporte es invaluable.

Empecemos por el término “Wall Street”, que ya no solamente se refiere a una zona del bajo Manhattan. Ahora que la tecnología permite a cualquiera trabajar desde cualquier parte, estar en una oficina corporativa importa menos que nunca. Aunque esto es bien recibido de varias maneras, seguramente cambiará la definición cultural de lo que significa trabajar en finanzas.

Pero la tecnología está haciendo mucho más que simplemente liberarnos de la sujeción a una ubicación específica; está modificando el modo en que trabajamos. Esto está cambiando radicalmente por los avances de las herramientas que usamos para cumplir nuestras tareas diarias. Aunque ha habido algunos reveses notorios, muchas compañías de tecnología financiera están bien provistas de fondos y manejadas por personas que son tanto expertos en tecnología como en finanzas. Como antes lo han sido Jamie Dimon y Lloyd Blankfein, éstas podrían terminar siendo las personas que tengan el mayor impacto en las finanzas durante las próximas décadas.

Al día de hoy no podemos aún decir si las nuevas soluciones de asignación de activos basadas en algoritmos automatizados, también conocidos como robo-asesores, son una moda pasajera o el camino hacia el futuro. (Mi suposición es que están en un punto intermedio).

Lo que es aún más interesante para mí es cómo la actividad tradicional de la gestión del dinero responderá y adoptará las últimas tecnologías para operar de modo más eficiente y con una mayor satisfacción del cliente. Algunos ven las nuevas tecnologías como una amenaza perturbadora; es más probable que sean un beneficio para el negocio de la administración de activos.

No piense en esto en tiempo futuro: un vuelco enorme hacia las soluciones digitales ya está poniendo de cabeza al sector y es una de las varias razones por la que los empleadores del sector financiero están recortando plazas. La presión sobre el empleo en Wall Street aumenta también a medida que los fondos cotizados crecen a expensas de más fondos de inversión tradicional, la inversión pasiva se impone sobre la activa y los volúmenes operados disminuyen.

La tecnología contribuye a varios de estos cambios y probablemente haga lo mismo o más en el futuro.

Solamente basándome en mi propia experiencia, he visto el cambio llevarse a cabo frente a mis propios ojos: mi oficina es pequeña pero, gracias a la tecnología y a la tecnología financiera en particular, podemos ser altamente productivos con tan solo 14 personas. Me da risa cada vez que leo un artículo que comenta la falta de avances en la productividad de la economía de Estados Unidos. O el recolector de información está midiéndola mal o está mirando al lugar equivocado. El aumento de productividad está ocurriendo si se tienen las herramientas correctas y se están utilizando de manera adecuada.

Unos cuantos ejemplos: utilizamos softwares de primera clase de Orion, iRebal, MoneyGuidePro, ByAllAccounts, Riskalyze y Salesforce para ofrecer una serie de servicios que hace tan solo unos años habrían estado fuera del alcance de las firmas que administran menos de US$1.000 millones. (Declaración: soy miembro de la junta asesora de Riskalyze).

Por ejemplo ahora puedo ofrecerles a mis clientes: a) una aplicación móvil que muestra todas sus cuentas de inversión; b)un re balance robusto de sus carteras, incluyendo impuestos; c) un plan financiero completo, que incluye simulaciones que proyectan las posibilidades de alcanzar sus metas; d) ver todo sobre las cuentas de un cliente, aunque no las administremos, buscando sobreexposición redundante en cualquier tipo de activo o una falta de exposición apropiada; e) llevar a cabo un análisis de riesgo completo respecto de su tolerancia a la volatilidad y a los retiros, cuantitativa y objetivamente y f) monitorear todos los contactos, conversaciones, actualizaciones y cambios de circunstancias de los clientes para cumplir con nuestras obligaciones fiduciarias y de cumplimiento.

No son cosas pequeñas. Lo que significa es que una firma pequeña en cualquier lugar del país puede explotar la tecnología para competir a un nivel que hace no mucho tiempo no era posible.

Esa es una buena noticia en varios niveles; la mala noticia es que seguramente continuará poniendo presión en el empleo total del sector financiero. Quienes no se adapten se encontrarán con opciones limitadas en su carrera. Lo mismo podría decirse de las firmas que no logran tomar ventaja de los beneficios que la tecnología ofrece.

El futuro ya está aquí. Si trabaja en finanzas, el momento para prepararse para este mar de cambios fue ayer.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial ni la de Bloomberg LP y sus propietarios.

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