Fráncfort (Reuters).- Las turbulencias políticas a ambos lados del Atlántico están elevando el riesgo de inestabilidad financiera a lo largo de la zona euro, lo que podría incrementar las dudas sobre la capacidad de algunos países para financiar su deuda, dijo hoy el Banco Central Europeo (BCE).
Las elecciones y los referendos podrían modificar el panorama político, desencadenando flujos de capital repentinos y volatilidad en el mercado, lo cual agravaría las dificultades de un bloque ya debilitado por el débil crecimiento y la vulnerabilidad ante alzas de tasas de interés de rentabilidad de bonos, señaló el BCE en un informe inusualmente negativo.
Las elecciones presidenciales estadounidenses y el voto británico a favor de abandonar la Unión Europea ocasionaron brotes de volatilidad en el mercado, mientras que el referéndum constitucional que se celebrará en Italia el 4 de diciembre podría reavivar la fuga de capitales, especialmente si la opción del “no” gana y derrumba al Gobierno de Matteo Renzi.
Además, en el 2017 se celebrarán elecciones en Francia y Alemania, países en los que están ganando fuerza partidos populistas y eurófobos, lo cual aumenta el riesgo de que los gobiernos decidan combatir esta amenaza con políticas proteccionistas y nacionalistas.
“La alta incertidumbre política podría lleva a agendas políticas centradas en la dimensión doméstica y que obstaculicen el crecimiento”, dijo el banco central de la zona euro en su reporte sobre estabilidad.
“Esto, a su vez, podría retrasar las reformas fiscales y estructurales, que son muy necesarias, y en el peor de los casos revivir la presión sobre los países con deudas soberanas más vulnerables”, añadió. “En particular, las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda podrían resurgir, a pesar de condiciones de los mercados financieros relativamente benignas”.
Esta advertencia sugiere que los gobiernos no han prestado atención a las repetidas peticiones del BCE de llevar a cabo reformas estructurales más profundas, dejando sobre los bancos la presión de impulsar el crecimiento económico, pese a que la institución comunitaria haya advertido que los estados miembros esperan demasiado de la política monetaria.
El BCE ha proporcionado estímulos sin precedentes durante años y tendrá que decidir el mes que viene si extiende su programa de compra de bonos de 1.74 billones de euros más allá de marzo del 2017 para sostener el crecimiento y la inflación.