El crecimiento económico de los últimos 15 años ha generado profundas transformaciones en la estructura social, a tal punto que en vez de hablar de una pirámide, ahora es más factible encontrarnos con un rombo que aloja en su centro a una gran clase media.
El estudio “Un mercado creciente: descubriendo oportunidades en la base de la pirámide en Perú” elaborado por Arellano Marketing con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) identifica a un 37% de clase media consolidada, pero también un 38% emergente que no encuentra una oferta conforme a sus necesidades.
Pero la Base De la Pirámide (BDP) está compuesto por esta clase media emergente y el 24% de la población en situación de pobreza, que también requiere una oferta de productos y servicios, explicó en la presentación del estudio en un evento organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (apd).
El estudio presentado por Arellano Markentig identifica cinco sectores con enorme potencial de crecimiento en este segmento de la población, ávido de nuevos productos y servicios, pero aún con una limitada oferta de parte del sector privado.
Salud. Aún existe un porcentaje importante de la población (33.5%) que no es atendida y se mantiene fuera del sistema estatal de salud, lo cual se explica, entre otros, por la falta de conocimiento respecto a los servicios de salud y la baja confianza hacia los mismos.
En términos de seguros de salud, el mercado desatendido no es menor. El 34% de los jefes de hogar consume servicios de salud pero se mantiene fuera del sistema de cobertura. Este segmento es un nicho para la oferta de paquetes de microseguros o planes de salud prepagos ofrecidos por instituciones microfinancieras, que se adapten a las necesidades y características de ingreso de la BDP.
Educación. Los padres peruanos priorizan la educación y están dispuestos a invertir en ella para el progreso laboral y económico de sus hijos. A pesar de que el 70% de los jóvenes de la BDP entre 6 y 16 años estudian en instituciones públicas, esta opción no es gratuita. Supone gastos tales como tasas de inscripción, libros, materiales, uniformes, costos de transporte, entre otros.
En este sentido, ofrecer una educación privada accesible y de buen nivel conforma una propuesta atractiva para la BDP y lentamente está creciendo la oferta de alternativas de mayor calidad.
Vivienda. Un dato que rompe con el mito de que la BDP no cuenta con seguridad sobre su vivienda es el hecho de que el 55% de los hogares es propietario de su vivienda y la ha pagado en su totalidad. De los hogares restantes, el 21% paga alquiler por su vivienda (un promedio de US$118 mensuales) y otro 15% vive con amigos y familiares.
Los datos nos indican que el 55% de los hogares estaría interesado en realizar actividades de construcción, ampliación o remodelación del hogar. Esta necesidad se intensifica en la Amazonía, donde el 76% de hogares manifiesta dicho interés. Particularmente, aquellos hogares que poseen un negocio al interior de la vivienda estarían más dispuestos a hacer mejoras en el mediano plazo.
Tecnologías de la Información. Las empresas pueden aprovechar los planes de expansión de la red inalámbrica y refinar su objetivo comercial. Aunque la mayoría de encuestados acceden al servicio desde cabinas, por ejemplo, hay un enorme potencial para el acceso a través del celular.
El uso del dispositivo móvil para acceder a internet predomina entre los jóvenes, las personas con ingresos superiores a US$4 al día, y aquellas en la Selva y la región Norte. Entre los encuestados, además, es común encontrar la tenencia de uno o dos teléfonos inteligentes, especialmente en las regiones Norte, Sur y en la Selva.
Servicios financieros. Varias condiciones han dificultado que la BDP sea incluida en el sistema financiero formal. Su menor capacidad para endeudarse y de ahorrar, han sido complementadas con un sector financiero informal que les proveyó financiamiento por primera vez y los mantuvo cautivos. Esa situación ha cambiado significativamente en la última década y hoy el sector financiero formal es cada vez más inclusivo.
Aun así, a nivel de la BDP, solo un 35% de los adultos tienen acceso a servicios financieros formales, lo cual muestra el enorme potencial de desarrollo del mercado de llegar a los niveles regionales de penetración de cerca del 51%.