Muchos empresarios consideran que la educación no es una buena inversión, de hecho, cuando una empresa atraviesa una situación complicada, lo primero que se recorta son los gastos destinados a la capacitación de los colaboradores, no obstante, las organizaciones deberían poner el foco en ese asunto.
Fernando D’Alessio, director general de CENTRUM-Católica, cuestionó así la poca iniciativa de algunas compañías con respecto a fomentar la educación de sus empleados a nivel interno o externo. En ese sentido, dijo que “cada vez hay menor apoyo para que funcionarios y trabajadores sean capacitados”.
Al referirse sobre los puntos que deberían plantearse durante la CADE 2013 en esa materia, mencionó, en principio, que los esfuerzos de los ejecutivos tendrían que estar dirigidos a invertir en educación.
Para darle sustento, los empresarios necesitarían establecer un presupuesto “claro e inamovible” para que sus colaboradores puedan capacitarse ‘in-company’ o, en todo caso, en instituciones universitarias, escuelas de postgrado o escuelas de negocios.
En segundo lugar, destacó la necesidad de generar espacios para propiciar la educación dentro de la propia empresa. “Toda la inversión que los empresarios hagan en infraestructura para apoyar (la educación) es sumamente importante”.
D’Alessio manifestó, en tercer lugar, que la CADE podría poner énfasis en la necesidad de desarrollar talento. Para lograr ésto, precisó, las áreas de recursos humanos no solo deberían preocuparse en el aspecto salarial, sino también deberían poner bajo la lupa los siguientes temas: conocimiento, innovación y creatividad.
Otro punto fundamental, puntualizó, es generar asociaciones empresariales-educativas. “Partners que hagan las veces de think tank para que otras instituciones vean con una optica de afuera lo que, de alguna manera, se está desarrollando en una empresa.”