Barbara Salas Vanini
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En un mundo globalizado, para que una empresa alcance un mayor crecimiento y mantenga su competitividad, es necesario que destine recursos a la innovación tecnológica, cuyas ideas y proyectos ayudarán al desarrollo económico y social de un país. Al menos, así lo afirma Manuel Cendoya, experto en I+D.
“La innovación es un elemento esencial para producir ese desarrollo socioeconómico (…) Es un sistema de actores, ingredientes y mecanismos que son necesarios para producir la innovación. Es un sistema constituido por las universidades y el sistema educativo, los centros de investigación e institutos tecnológicos, las empresas y el gobierno”, explica Cendoya.
Además del correcto funcionamiento de estos actores básicos para la producción de innovación, debe existir una interacción entre todos ellos.
Según Cendoya, las universidades deben asumir una labor docente, investigadora y de contribución al emprendimiento, con la finalidad de generar y transferir conocimiento. Los centros de investigación deben adquirir, transformar y adaptar ese conocimiento hacia las necesidades de las empresas. Estas últimas deben invertir recursos financieros para la innovación y, finalmente, el Gobierno, como esencial facilitador, puede realizar un conjunto amplísimo de posibilidades para generar innovación.
“No es tarea fácil innovar en ningún país. Aparte de una gran nueva idea, lo que hace falta es poderlo trasladar al mercado y hacerlo sostenible en el tiempo. El que no sea fácil, no significa que no innovemos (…) La innovación viene obligada, no es una decisión voluntaria sino de necesidad de supervivencia”, explica el experto español.
Cendoya ve al Perú con un gran potencial para la innovación por su sostenido crecimiento económico y desarrollo social.
“Me parece que (Perú) es interesante por lo que ha hecho y por lo que podría hacer a partir de ahora. En su producción, el valor agregado es reducido en muchos campos y ahí hay una oportunidad de acción muy grande”, manifiesta.
Así, la generación de capital y las condiciones mundiales de competitividad empujarán a nuestro país a fomentar la innovación tecnológica y aplicarla a sus principales industrias.