Cuando una fuerte discusión 'remece' la oficina

Las confrontaciones afectan el ánimo de los demás empleados e incluso merma la productividad, pero si se pone sobre la mesa puntos que deben ser solucionados, la discusión puede volverse provechosa.

Aunque en muchas oficinas los gritos son poco frecuentes, ningún lugar de trabajo está libre de convertirse en escenario de fuertes discusiones entre colegas. Los espacios sin paredes interiores facilita aún más la repercusión del hecho.

Pero ¿hasta qué punto afecta el descontrol de los colaboradores al momento de un intercambio de palabras? En principio, la marca personal de los protagonistas de la discusión resulta afectada. El ánimo de los demás colegas (testigos) y la productividad del equipo también puede experimentar cambios a la baja.

Incluso algunos clientes pueden salir corriendo, no solo debido a que pudieron presenciar el hecho en sí, muchas veces las confrontaciones dejan una relación tensa entre las partes involucradas y la capacidad para ponerse de acuerdo quizá ya no sea la misma luego de la riña.

Es natural que después de un fuerte intercambio de palabras los espectadores se queden un poco nerviosos o incómodos. Cuando las personas observan faltas de respeto en el trabajo desciende su desempeño respecto a tareas rutinarias e incluso en torno a las tareas creativas, según comenta la especialista Christine Porath al diario WSJ.

La coautora del libro The Cost of Bad Behavior (El costo de la mala conducta) sostiene que presenciar conflictos en el trabajo le “quita recursos cognitivos a las personas, interrumpe la memoria funcional y, al final de cuentas, merma el desempeño”.

No obstante, algunas discusiones pueden convertirse en algo beneficioso si los involucrados sacan a relucir cuáles son los problemas específicos que deberían ser solucionados. Por supuesto, para que esto sea posible, ambas partes deben tener disposición de conversar con más calma luego del altercado.

Un caso que explica lo expuesto en líneas anteriores es el de Greg Nance y Han Shao, cofundadores de ChaseFuture, una empresa de admisiones universitarias y asesoría profesional para estudiantes internacionales.

Ambos protagonizaron una calurosa discusión frente a otros empleados de la firma, dado a que Shao consideraba que su colega le estaba dedicando más tiempo del debido a su pasatiempo favorito: el alpinismo. Mientras que Nance argumentó que ello representaba una forma de mantener un equilibrio entre su vida personal y su vida laboral.

Luego de darse cuenta que habían “perdido la cordura”, se retiraron a un café para conversar con calma sobre el tema en cuestión. Hoy en día realizan “reuniones de fundadores” semanales para tratar asuntos conflictivos. En otras palabras, la discusión que tuvieron al inicio les ayudó a “reenfocarse a largo plazo”, anota Sebastian Marshall, un consultor sobre desarrollo de ejecutivos.

La clave esta en que las personas que protagonizan una fuerte confrontación sepan que deben retirarse lo más rápido posible del lugar de trabajo y encontrar la manera de tranquilizarse para reiniciar la conversación sin actitudes negativas o con la cabeza fría.

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