Luciana Olivares
Gerente de Publicidad del BBVA Continental
“La publicidad es una inversión, no un gasto”, dices con mirada penetrante y cara adusta, como quemando tu último cartucho antes del inminente recorte presupuestario que te van a hacer en el plan que diseñaste para el siguiente año.
Ni modo, tienes dos opciones: vivir todo el año pensando en lo maravilloso que pudo ser, cual exnovia masoquista cuando la acaban de ‘chotear’; o acordarte de Charles Ingalls y no sentirte tan miserable, porque hasta él se las agenciaba para vivir mas feliz que los Oleson.
Y es que, quizás, deberíamos acordarnos más seguido de que si en nuestra vida personal por alguna razón hay “recorte de presupuesto”, nos ponemos más creativos que producto de teleferia (incluidos los Elévate Shoes).
Aquí siete consejos que no he sacado de ningún libro de marketing, sino del libro de la vida. No pierdes nada con leerlos (total, menos plata en el presupuesto no vas a tener).
1. No comas comida chatarra
Lo último que debes hacer en épocas de recesión económica es tratar de buscar ahorro en la calidad de tus proveedores o materiales; es como dispararte en el pie .
Asúmelo. No podrás hacer todas las cosas que planteabas, así que por tratar de lograrlo no sacrifiques la calidad de la creatividad de tus piezas o busques medios publicitarios baratos pero que no ve nadie. Es mejor quedarte con menos cosas en el plan, pero que nutran de verdad al negocio y a la marca.
2. Busca un ‘roommate’
Quizás hay una marca allá afuera que no compite contigo y puede convertirse en un extraordinario amigo con derechos. Piensa en esas campañas que quizás a esa otra marca le puedan interesar y así compartir estrategia, inversión y, evidentemente, resultados.
3 . Aprende a decir adiós
Hay cosas que te morías por hacer, lo sé. Piensas que son imprescindibles, pero, ¿ sabes qué?, hasta Laura Ingalls vendió su adorado caballo a la antipática de Nelly Oleson.
Me podrás responder: “¡Es que si es de vida o muerte!”. Bueno, aquí un test para darte cuenta: Ubica el cursor en el monto que pensabas atribuirle al proyecto. Bórralo y mira el número final de tu presupuesto. Bajo, ¿no? Si el alivio es más fuerte que la pérdida, no era para ti.
4. Cambia de look
Reinvéntate. Empieza de cero. Si no tienes Facebook, Twitter, Instagram o Vine, busca que alguien te explique cómo ingresar a las redes sociales, pero bien, con pertinencia, creatividad y consecuencia; no estar por estar.
Camina más, no solo vayas en carro. Vas a tener la oportunidad de mirar a tu audiencia, entender qué es lo que de verdad quiere y eliminar esa grasa no sana que es prescindible para tu plan.
5. Compra un chancho de 140 kilos
Necesitas algo muy pero muy grande para darle de comer a tu plan anual el mayor tiempo posible. Me refiero a encontrar esa idea con la que puedas activar distintas acciones comerciales que se nutran de un mismo concepto.
Haz chuletas, chorizos, chicharrón, salchichas y hasta tocino. Si de verdad es una gran idea, va a ser capaz de darte carne para distintos negocios sin empalagar.
6. Baila
Aunque suene desquiciado, disfruta el momento de las vacas flacas. Piensa que es la oportunidad de replanteártelo todo. No dejes que tu equipo se sienta como el Chavo del Ocho sin ir a Acapulco, sino como un ‘survivor’ lleno de adrenalina y una mochilita ligera.
7. Pésate
Mide cada acción publicitaria y su repercusión en el negocio. Documéntala. Las cifras son aliadas para que cuando el próximo año tengas que sustentar tu presupuesto, la frase “la publicidad es inversión y no un gasto” sea una obviedad.